martes, 1 de junio de 2010

"LA PARADA DE LOS MONSTRUOS"

Recuerdo mi llegada como
un primer día de colegio macabro.
Me metieron en una habitación vigilada,
Pero antes,
Me desnudaron y palparon mis heridas
Delante de un guardia de seguridad
Que daba la espalda.

Me dejaron sola
Y yo me senté en el suelo en posición fetal.
Me lo prohibieron.
Pero yo me acunaba en la cama
Con las sábanas del sergas
Y volvía al útero de mi madre.

Por la mañana,
Un desfile de mujeres desnudas
En las duchas sucias y llenas de esponjas enjabonadas,
Me recordaban a las vacas en el matadero.

“Yo soy Dios y Lucifer”.
“Yo me follé a mi madre”.
“A mí me llaman para que salga por la ventana”
“¿Crees que soy atractiva?” –y apareció desnuda en mi habitación
cubierta de pelos en las piernas e ingles
y un vientre de matrona romana con el pecho caído.

Las enfermeras, ineficaces papagayos inquisitivos:
“Que corra el aire, Señores”.
Esquizofrénico recuperado, yo, su musa de la fotografía.
Partidas de ajedrez que eran nuestra forma de hacer el amor.
Sólo en la sala de fumadores, nos cogíamos la mano.
Pero se marchó,
Como se marcha el verano hecho un niño salvaje.
Apenas nos pudimos despedir.
Pero dejó una rosa en un vaso de agua en mi habitación
Y yo sentí cómo latía el corte de mi cuello,
Porque, aunque nos lo juramos,
No nos veríamos nunca más.
Yo, su musa de la fotografía.

1 comentario:

  1. Tus laberintos me fascinan y aterran al mismo tiempo. ¿Acaso sos una sirena que me hechiza con sus cantos, me abraza, me consuela, solo para hacerme caer en el abismo de tu pecho? Me llenan tanto tus poemas y a la vez me dejan tan inconcluso. Es una sensación agridulce que me gusta. Me experimento nuevo a través tuyo.

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