lunes, 20 de febrero de 2012

MANZANAS DE CARAMELO

Nunca me dejaron subir a un ponny de esos de las ferias:
"Los ponnys están sucios y tienen pulgas"-decían.
Nunca trajeron los Reyes Magos un Cinexín:
"Eso es un engaño absolutamente inútil"-volvieron a decir.
Ellos parecían saber siempre qué era "lo correcto".

Supongo que crecí de acuerdo con "La Norma".
No es extraño que los otros niños tuvieran tierra bajo las uñas,
mientras yo me lavaba compulsivamente las manos
obsesionada con  lombrices y piojos.
Sí, puede que aquello fuese "en verdad justo y necesario".

Siempre he soñado con manzanas de caramelo,
pero "¿No te das cuenta que es una manzana corriente?".
Puede que sea una manzana corriente que se disfraza.
Puede que aquellos ponnys ciegos estuvieran enfermos.
Pero "Lo Correcto" no siempre es "Lo más adecuado",
cuando tu deber es ser una niña, jugar con tierra mojada
y tener mocos y lombrices.

Lucía de Fraga.

martes, 14 de febrero de 2012

NOS MINTIERON

Nos mintieron a todos
con eso del cielo y el infierno;
con los cuentos de sapos y princesas;
con la yema de huevo diluída en café
y aquella amenaza con el reformatorio.

Supongo que no supieron hacerlo mejor,
aunque, a día de hoy, creo que si no sabes
es mejor que no te arriesgues.
Las calles están atestadas de hijos no deseados
y de padres hambrientos que se mean encima.

Nos mintieron. Sí, como a todos.
Con esa misma mentira que,
generación tras generación,
empaña los cristales
de ese vagón que no se detiene.

Unos y otros estiran las mismas mentiras.
Puede que haya hijos, de esos perfectos,
que vomitan en una esquina el sábado de madrugada
y tienen el tabique de cristal de tanta harina.
Pero, ¿quién se atreve? "Es un chico sano y deportista".

Padres y madres incumplen el débito conyugal,
porque se les ha fundido la bombilla del amor.
Ella hace croché y sueña con el chico del súper.
Él se va de putas. Siempre hay reuniones de accionistas.
Y un día se encuentran solos. Sin niños y con toda la verdad.

Lucía de Fraga.


jueves, 9 de febrero de 2012

LA PONZOÑA DE LAS ROSAS

Las rosas han caído sobre mí
con un mutilador aroma de espinas.
Las flores que tú derramaste sobre mi cuerpo
son ahora marchitos dardos envenenados
que me han clavado a los pies de tu cama.

He bebido, noche tras noche,
licor de pétalos empozoñados
que se me deshacían en la boca
como un sueño que muere
al llegar la madrugada.

Las rosas caen lenta y perversamente dulces
sobre mi cuerpo blanco, mis venas azules,
mis párpados de ángel y mi boca endemoniada.
Sigue y no te canses del veneno de las rosas,
las mismas que con mis labios sirvieron tu muerte.

Lucía de Fraga.



miércoles, 25 de enero de 2012

NO TE PUEDO DETENER

Es absurdo que cosa una red
o que clave chinchetas en las ventanas.
No hay nada que te retenga.
Si hubo algún contrato,
yo me olvidé de firmar.

No sirve de nada el amor
cuando circula por la cuerda floja.
Supongo que tuvimos tiempo suficiente
para amar, odiar y necesitarnos.
Ahora, déjame con mis remordimientos.

No te puedo detener,
pero tengo grabado en el alma
vuestro gesto hermoso con mi vida.
Abre la puerta y no digas nada.
Márchate con el mismo silencio que un día te trajo.

Lucía de Fraga.

lunes, 23 de enero de 2012

MALDITA SEA MI ALMA

Me quedo dormida sobre estas cartas viejas
que se han arrugado por culpa de las lágrimas.
Dejo caer mis ojos en profundos borrones de tinta,
que me dicen una y otra vez
que no estás y eres de otra.

Maldita sea mi alma, siempre pecadora.
Soy la mujer malvada que ha creado tu fantasía.
Esa que corre envuelta en seda morada
y abre todas las puertas de la casa como una loca
para encontrar camas vacías y restos de un amor lejano.

Si alguna vez me quisiste, no estuve atenta.
Quizá mi alma y mi cuerpo estaban separados.
La vista puesta en el camino absurdo,
los labios cerrados por pudor o por silencio.
Sólo sé que ahora quiero que me mates.

No me caben más pecados en el puño,
por eso te ruego que acabes ya conmigo y
termine esta tragedia de heroínas amargas.
¿Por qué te empeñaste en hacer carne tu deseo,
si sólo soy una imagen a través de tu cristal?


Ya puedo condenarme por encender tus ojos,
por romper lazos sagrados
e invocar tu nombre cada noche frente al mar.
Maldita sea mi alma,
pero recuerda que tú le diste forma.

Tú me soñaste, tú me diste nombre.
Tú me hiciste mártir y pecadora.
Me envolviste en tus sábanas de cielo.
Recuerda mi nombre antes de dormir:
Soy la mujer que un día creaste.

Lucía de Fraga.






Lucía de Fraga.

¿DÓNDE ESTOY Y QUIÉN SOY?

Me despierto entre lágrimas
sin saber muy bien en qué cama estoy.
No sé si soy una fulana
o una monja recluída en su celda.
Sólo siento que día a día muero un poco más.

De ser una zorra de alto-standing,
me pasearía en coche oscuro hacia el Holiday Inn.
Me forraría de lencería de gata nocturna,
reiría con los labios de rouge rodeada de "caballeros"
e impresa, en mi copa de Moët & Chandon, certificaría mi boca.

Si acaso, fuere Dios quien me llamare,
mutilaría mi cuerpo por no alimentar el pecado.
Cambiaría mi anatomía nocturna,
por carne de Santa e Inmaculada Perfección.
Libre, al fin, de los terrores humanos.

Pero ni soy una puta ni una monja.
Sólo soy esa maqueta inacabada de Dios;
esa mujer encerrada entre cuatro paredes;
esa belleza que se agota en sí misma cada día
y, nostálgicamente, se hunde en la tierra del olvido.

Lucía de Fraga.

sábado, 14 de enero de 2012

LUNA DE SANGRE

("Luna de Sangre" es un poema-encargo para un proyecto con el poeta J. M. Vara sobre el miedo y la locura)

Me tapas los ojos, me cierras la boca.
Estoy atada de pies y manos,
víctima de tu locura, de mis pasiones primitivas.
Sólo siento la única humedad de esta cloaca
y a ti, en silencio, que respiras en mi cuello.

Deseo morir cada noche,
deseo que me mates antes de rendirme.
Que venga tu aullido de lobo y la luna se tiña de sangre,
pero no me dejes sola ni un momento más
que mi carne está sedienta y mi alma ausente.

La luna de sangre contempla el destino
que sólo unos cuerpos han de fijar.
Me da igual que me lleve el demonio,
que me condenen por todas las ventanas,
si el último beso nos arrastra a los dos.

L. de Fraga.