jueves, 5 de enero de 2012

NUNCA SUPE BAILAR

En el servicio de señoritas retumbaba el reclamo.
Unas perfilaban sus labios carnosos,
otras, unas pocas, no sabíamos hacer sonreír
a los caballeros escondidos al otro lado del espejo.
Sólamente veíamos desfilar parejas accidentales.

La mano sujeta la copa aguada.
Te dejas cegar por las luces brillantes:
¿Eres una urraca o una mujer?
Zapatos de tacón torcidos, besos clausurados.
Sueños de princesa que caducan.

Nadie coge tu mano.
Nadie ciñe tu cintura.
¿Qué más me da?
Si, al fin y al cabo,
yo no sé bailar.

Adolecencia en trozos de comic,
juventud recortada de revistas viejas.
Hay chicas guapas y chicas feas.
¿Qué  importaba?
si nunca he sabido bailar.

L. de Fraga.

2 comentarios:

  1. Querida mía, yo no bailo, dijo Carroll alguna vez...

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  2. Este poema es el mejor de toda la obra de Lucía Fraga.
    Una pequeña maravilla.

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