jueves, 29 de diciembre de 2011

A VER, PUÑETAS "EL ASESINATO EN YOUTUBE"

Lo sé, lo sé, soy medio lerda o lerda entera. Ahí va:
http://www.youtube.com/embed/5Z8whgVW59Q
Besos a todos,
L. de Fraga.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

GRACIAS A TODOS LOS QUE SEGUÍS ESTE BLOG. (Balance de año)

No esperéis que sea grandilocuente y audaz. Hoy no puedo. Simplemente, deseo agradecer a cada uno de vosotros (tanto como lo que me seguís "presencialmente" como aquellos que echáis un vistazo de vez en cuando) vuestra atención, vuestro tiempo, vuestro cariño y vuestro apoyo.
Evidentemente, la literatura es un fenómeno de la comunicación que se retroalimenta gracias a los lectores. No es que trate de dar un cursillo acelerado de "Comunicación", sino de devolveros ese enorme tesoro que me regaláis.
Todo escritor -bueno, malo, peor o regular- sabe que la literatura se hace a base de lectores y que vosotros sois los que, con vuestra mirada y vuestro tiempo, determináis la vida o la muerte de toda una obra o de un simple poema.
Muchas veces, creo que más de lo que yo misma me doy cuenta, me pregunto por qué escribo. Cuando era más joven una extraña ansia por autotrascenderme me pervertía la sangre en las venas, mientras que, hoy por hoy, he comprobado -y el tiempo me da la razón- que lo que me mueve es una sensación imperiosa por comunicarme y hacer sentir en el "otro" (vos-"otros") algo que todavía no atino a distinguir.
Se me ha pasado la edad de la "tontería" con aquellas pajas mentales de permanecer en el tiempo. No. No aspiro a ser eterna y a autotrascenderme. Sólo deseo que, cuando yo ya no esté aquí y nadie me recuerde, quizá le caiga uno de mis poemas en las manos a alguien y sin importarle la autoría, aunque sólo sea por un momento, esa persona, ese lector irreermplazable como todos los lectores -como cada uno de vosotros-, SIENTA.
Con todo mi respeto y agradecimiento,
Lucía de Fraga.
GRACIAS A VOSOTROS, CREO QUE SIGO VIVA.

ENTRE RAÍLES

Todas las noches cojo el mismo tren.
Ese maldito tren que nunca tiene paradas
y en el que el paisaje corre hacia atrás.
Me miro en el reflejo de la ventanilla
y dejo mis años pegados al cristal.

Aquí, en este maldito vagón sin pasajeros,
ningún revisor me pide el billete
que estrujo en el puño de la mano derecha.
Los túneles son eternos y el sueño, una venganza.
¿Por qué ésto no se para en ninguna parte?

Otra vez se me cuelan los ojos entre los raíles.
Sé que ya no volveré a casa,
que todos los campos están quemados,
que aquí abajo huele a muerto.

Joder, si esto es mi vida oculta,
cómo será el infierno.

L. de Fraga.



"EL ASESINATO" de L. de Fraga en youtube.

Ya podéis ver el videopoema que gracias a Alaio Laia, Patty de Frutos y Mappy Hernández ocupa ya su lugar en youtube. Eternamente agradecida a estos tres talentazos que han convertido mi poema en una obra de arte audiovisual.
Como soy muy lista no sé cómo pegar el enlace. Así que id a www.youtube.com y buscad "El asesinato" de Lucía Fraga.
Disfrutad de esta impresionante puesta en escena.
L. de Fraga.

jueves, 22 de diciembre de 2011

GAVIOTAS EN EL PARQUE

Nunca imaginé que me sentaría en un banco de madera.
Eso de los parques me parecía cosa de niños y viejos.
Ahora soy yo la que está sentada aquí
en el mismo punto donde llegan las gaviotas.
Esas malditas ratas voladoras
que se alimentan de otros cuerpos.

Yo fumo bajo el sombrero y me escapo del sol.
Será que, realmente, pertenezco a la noche,
allí donde me abandono entre sueños y lágrimas
y aprieto las mandíbulas para ahogar mi aullido.
Ese grito que no sale a pesar del tiempo
y se disfraza en mi boca con una mueca.


De alguna manera, sé que yo soy la que me mato,
cigarrillo tras cigarrillo de humo y asma.
Una vez me dijeron que moriría ahogada.
Así lo haré, pero "por encima de mis posibilidades"
sin moverme y con el sombrero encajado,
sentada en un banco, tiesa y lívida, entre un coro de ratas.

L. de Fraga.





domingo, 18 de diciembre de 2011

NI TÚ NI YO NI LOS DEMÁS

No recuerdo cuándo empezó nuestra historia.
Un abismo nos separaba
y tú ni te dabas cuenta.
Puede que yo tampoco lo supiera,
pero la película ya estaba empezada.

Yo siempre me sentaba en la última fila
y tú calculabas minuciosamente en la palestra
el tiempo que mi mente permanecía ausente
con la mirada perdida hacia aquella ventana
por la que creía que podía escapar.

Ni tú ni yo ni los demás;
Nadie. Nadie sospechó jamás
que yo lloraba en la última butaca.
Que me maquillaba a escondidas
para que mi rostro desencajado no desentonase.

El tiempo nos ha demostrado que la famosa ventana
era un escondite en medio de un desierto de hielo.
Ni tú ni yo ni los demás. Nadie, nadie nunca sospechó:
"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos".
Nadie. Nadie lo sabe: ¿con quién volaré rumbo a Lisboa?

L. de Fraga.



viernes, 16 de diciembre de 2011

A QUIEN CORRESPONDA

Sabes que sólo te tengo a ti.
Quizá a nadie le pueda importar mi vida.
Ya lo dijo Larra:"¿Un muerto más...",
pero la memoria no prescribe
y yo sigo sintiendo cada noche
ese latigazo de terror en la médula.

¿Qué hago aquí?
No me hagas preguntas estúpidas,
eso sabes que siempre me ha cabreado.
Contesto sin ganas, pero contesto:
Descuento los días de un almanaque invisible
que ni siquiera tú puedes imaginar
lo rápido que caen las hojas.

Puede que ni siquiera te haya tenido a ti.
Nunca. Sólamente en mi imaginación.
Soñando, soñando, soñando
con ese puto milagro que no apareció ninguna noche.
Ya me dirás qué me queda,
si es que realmente queda algo.

He pasado la oscuridad a base de rezar,
pero cuando ya no queda nada en qué creer
la oscuridad vuelve de nuevo como una visita inoportuna.
Llegué a creer en Dios,
incluso en ti.
Ahora ya no creo ni en "Reth Buttler", ¿recuerdas?

No sé si nos despedimos en aquel despacho,
en el andén de la estación o en la Terminal cuatro.
Y qué coño importa.
Yo tenía el pelo rojo
y una vida por delante.

¿De qué ha servido todo?

L. de Fraga.




miércoles, 14 de diciembre de 2011

LAS VIEJAS LUCES

Cuando yo era una niña,
hace tanto, tanto tiempo,
aquellas viejas luces de bombillas enormes
encendían la vida de la Calle Real
y una íntima emoción en mi inocencia.

Las luces se han vuelto demasiado sofisticadas.
Han pisado las bombillas de mi infancia
y, como al hombre de hojalata,
me han colocado un reloj por corazón.

Puede que cambien las viejas luces,
puede que nosotros también cambiemos,
pero volvamos a ser niños que miren y no se asusten,
cambie lo que cambie,
en este mundo absurdo.

L. de Fraga.











martes, 6 de diciembre de 2011

EL MIEDO EN EL CUERPO

Dicen que el miedo es libre,
aunque en sus manos sufras una condena.
El tiempo sólo pasa para el viejo reloj del pasillo
que con cada sonido de campana
te hiela un poco más, sueñes o tan sólo pienses.

Se instala en tus huesos un gusano repugnante
que construye verjas y barrotes de tu propia sangre.
Todas las salidas están cerradas;
ni un sólo semáforo en verde;
se acabaron las plazas vacantes.

El zumbido en las orejas, los ojos cerrados,
miles de latidos te golpean las sienes.
Caminas a oscuras con el abismo bajo los pies.
Estás solo:
No, el miedo te acompaña.

Lucía de Fraga.





sábado, 3 de diciembre de 2011

LA VIDA ES UNA MIERDA

Yo no me he inventado esa frase,
pero la repito a menudo.
Quizá, no sepa que la Felicidad
viene en pequeñas cápsulas de alegría.
Esa misma alegría con la que te quedas
cinco minutos más en la cama por la mañana.
Vivir, Morir...Todo es una cadena.
Seguro que después no hay nada,
pero prefiero autoengañarme
con esa idea de un dios acogedor.
Tengo el espíritu cansado
y pocas ganas de caminar.
Pero yo he inventado para tí
un lugar que da al corazón reposo.
Ni Dios te lo ha de quitar,
te doy mi palabra.
Hasta siempre.

Lucía de Fraga.

A todos los que voy perdiendo.










sábado, 26 de noviembre de 2011

"MARATÓN DE ESCRITORES": ENTRE GRANDES Y GRANDES.

Un nuevo proyecto poético  que ya había nacido en la red (Netwriters) se ha concretado en la publicación que lleva por título Maratón de Escritores, a cargo de Enrique Gracia Trinidad y Emilio Porta. Esta publicación, sin precedentes en la historia de nuestro panorama literario actual, es la mejor muestra de talento reunido en un volumen que no entiende de más condición que la calidad literaria. Esa cantidad de "Ilustres Desconocidos" -como dice Enrique y yo ratifico-, que se mueven entre luces y sombras, se mezclan aquí con las voces más consagradas: de Gamoneda, Colinas, Luis Antonio de Villena, Aute, Gala, Marina Mayoral... a auténticos genios, silenciados o silenciosos, que el lector crítico sabrá reconocer enseguida por su buen hacer en el arte de la palabra.
Yo les propongo que apuesten a la carta más alta. Tomen el índice de este libro al azar y lean a aquellos autores que más extraños les resulten y ,más tarde, compartan su emoción entre autores conocidos y desconocidos. Todos son artistas que guían por un mismo denominador común: el arte, la agudeza y el ingenio.
Lucía de Fraga.

jueves, 10 de noviembre de 2011

DESTINO PÓSTUMO

No me importa que me roben los juguetes.
Que se cuelen en mis sueños
o que se olviden de mi cumpleaños.
Ya sé que no soy una chica  muy afortunada,
por eso me guardo de la vanidad del éxito.

Cuántos libros has escrito,
cuántos hombres te han amado,
qué entiendes por Felicidad.
Ya no creo nada más que en "Reth Buttler"
y en mi tránsito intestinal.

Buscas el futuro entre los escombros del pasado.
Te acusas ante el espejo y te sueñas tal como eras.
El tiempo pasa y la gloria del laurel se ha marchitado.
Yo no escribo para nadie;
Nadie más que para un corazón maldito.

L. de Fraga.

domingo, 30 de octubre de 2011

TÓPICOS DE UN TIEMPO QUE VIVIMOS

Un día te despiertas y ya has pasado los treinta.
El espejo te dice una verdad que no quieres creer,
pero, ciertamente, ya hemos dejado de ser niños.
Se acabaron los columpios y las rodillas sucias.
Sólo sientes que la vida te ha tomado el pelo.

Tu infancia fue un relámpago
que se llevó los juguetes a arreglar
y nunca más volvieron.
Y ahora estás aquí
como un intruso en tu propia vida.

Los cuentos de hadas eran todos mentira;
estás sola y has besado a demasiados sapos.
Todo tiene un gusto rancio
que suena a canción repetida,
porque esta historia ya te la habían contado
(aunque tú no te creías que te iba a  tocar).

Ahora eres tú protagonista de esa vieja retahíla:
No, ya no somos niños, ese tiempo se fugó
con tus sueños de súper héroe.
Despierta de una vez
que las horas se marchan para no volver.

Una vez fui pequeña, diminuta como un guisante
debajo de la cama de una auténtica princesa.
Me pinché los dedos con una rueca
y caí en un largo sueño.
No, ya no somos niños.

Puede que nos hayamos hecho mayores
sin darnos casi cuenta.
Quemamos etapas y las etapas nos quemaron.
¿Sabes qué te digo?
"Sana, sana culito de rana".

Lucía de Fraga.








lunes, 24 de octubre de 2011

YO SÉ QUE TÚ SABES

Me desnudas, lenta y dulcemente,
con tu sutil mirada entre la multitud
que asfixia nuestras voces.
Yo sé que tú sabes
lo que los dos sabemos.

No importa ni el tiempo o la distancia
para que nos amemos silenciosamente,
tal vez, en ese punto entre la vigilia y el sueño
en el que amanecemos envueltos tú y yo,
en nuestras camas solitarias de luz o de lamento.

Perdidos como niños en un centro comercial
siempre acabamos con una chaparreta,
porque no podemos encontrarnos
en ningún punto de información
donde fundir tu cuerpo con mi cuerpo.

Yo sé que tú sabes
lo que dos dos sabemos.
Nos amamos con los ojos que son nuestras manos
y, en un lenguaje único y cifrado,
decimos aquellas palabras prohibidas.

No sé qué va a pasar.
Quizá nos descubra la multitud asfixiante.
En ese caso gozaré de ser encarcelada,
porque nos habremos amado.
La voz será deseo y el ojo tu mano.

Lucía de Fraga.





domingo, 16 de octubre de 2011

AÚN NO HA AMANECIDO

Reposa sobre mi corazón anochecido,
donde el sueño y la vigilia
comparten un mismo pan.
No amanezcas todavía
y déjate mecer entre las tibias sábanas.

Anoche sentí frío,
cuando mi cuerpo, blanco y desnudo,
te esperaba avergonzado
con las manos llenas de pudor
y los labios apretados.

No permitas que llegue la mañana traidora.
Vuelve a conjurar la noche
para vestirme de nuevo con tu abrazo
y perder la vergüenza para siempre,
porque sólo tú sabes abrir mis labios.

He contemplado añicos hechos de sueño
que venían con los rosados brazos de la Aurora.
El amanecer siempre ha sido una triste despedida.
Sin embargo, volvamos a ser cuerpo,
mientras no haya amanecido.

Lucía de Fraga.

jueves, 13 de octubre de 2011

LA NIÑA DEL ANDÉN

El sol bajo de octubre doraba mi espalda,
enfundada en una guerrera que siempre pidió la paz.
Las palomas caminaban entre las vías
con la tranquilidad que dan las alas.
Sólo mis pensamientos me acompañaban.

Me fijé, con la mirada peregrina
del que ya no tiene nada que esperar,
en una niña que jugaba a ser niña.
Una Alicia a través del espejo
con olor a camomila en los cabellos.

Jugaba con el aire, con los movimientos
danzantes del que se deja llevar por el sueño,
ese extraño sospechoso que tiene la virtud
de acercarse cada noche a mi cama
y convierte lo posible y lo imposible.

La niña del andén que hacía lazos de viento
se miraba en los ventanales de la estación
y en su pequeñez se volvió gigante
al contemplarse frente al cristal
en el que podía ser reina, mariposa o Fortuna.

Sentí un cuchillo en la gargante,
silencioso y agudo,
como la cuerda de un violín.
La niña del andén, ya no era niña.
Aquella era mi infancia perdida.

Lucía de Fraga.

martes, 4 de octubre de 2011

LOS HIJOS QUE NO TENDRÉ

Esta noche siento como nunca mi cuerpo estéril,
ese mismo cuerpo que sólo puede engendrar monstruos
y dejarse a merced del tiempo y del olvido.
Porque, como tú bien sabes,
jamás podré tener hijos.

En mi dormitorio, hay una cunita blanca
que yo trato de mecer a la hora en que los adultos escapan,
pero algo hay que la sujeta con fuerza al suelo
y no me deja moverla ni un ápice de su sitio.
Soy una madre artificial y mecánica como una máquina de coser.

Puede que nunca le vea sonreír, imposible verle crecer
en este estúpido sueño con el que me despiertan mis propios gritos.
Grito y lloro silenciosamente amordaza con un almohadón
para que mi niño no se despierte asustado y solo.
¿Adónde vas criatura sin piernas ni brazos?

Su cuerpo lo dibujé en las nubes
y puse a disposición del Todopoderoso su alma.
Me devolvieron un montón de cristales rotos
que colocados en mis manos
regaron de sangre la tierra.

Sé que nunca podré tener hijos.
Nadie habrá a quien yo pueda enseñar y educar
sobre la sombra de los sauces.
Pero déjame que la cunita se mezca
que yo sabré mantenerla a la deriva.

Lucía de Fraga.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

DIOS, LA JUSTICIA Y LOS PIJAMAS DE FRANELA

Ha empezado a hacer frío,
por eso he empezado a ponerme pijamas de franela.
Ya no sé en qué creo y en qué no,
pero estoy convencido de que el Cielo de los Niños
 también está hecho de franela.

Te miro a los ojos, me acerco un poco más,
penetro en ellos y, a continuación, se funden.
Parece un chiste malo:
generaciones atrás temían la mirada de Dios.
Ahora se te puede dejar bizco con un sólo parpadeo.

La justicia hace mucho que está demodé
y, a veces, se te olvida que ser reponsable de zona
en este puto Hipermercado requiere tu atención.
La temporada, según cuentas las malas lenguas,
dicen que te va muy mal.

Cualquier día la cagas con tanto blanqueo de almas.

Porque ahora te dedicas a los muertos, ¿no?
Ya nadie quiere irse a tu mierda de reinado
y hasta has cambiado el cartelito "Con derecho de admisión"
por un "Se fía".
Lo siento, mi amor, pero nunca volverás a llenar el local.

No sé cómo va eso del tráfico de almas y, francamente, no me importa.
Tus mercenarios lo tienen bien montado.
De hecho, puedo ser el mayor cabronazo sin miedo a morir,
porque, qué quieres que te diga, todos sabemos
que la Indulgencia Plenaria es un chollo para lo divino y lo humano.

Hace más de un mes que tengo dolores de cabeza.
Prefiero ahorrarme detalles escabrosos.
El corazón me late en las sienes y tengo una extraña sensación
que me mantiene permanentemente hiperalertado
y, como no podía ser de otra manera,

todos los caminos conducen a Roma
y te veo sentado en tu "beato sillón",
veo cómo te atreves a apostarnos
en una timba con el Diablo
y por mucho que grito, compruebo que sigues sordo.

Sólo me quedaría mandarte a la mierda,
pero yo nunca pierdo las formas.
Me marcho. Me voy al Cielo de los Niños
y por el camino voy desaprendiendo
con mi pijama de franela.

Lucía de Fraga.

martes, 13 de septiembre de 2011

DE MÚTUO ACUERDO

Anochecía tu cuerpo que ya no era tu cuerpo,
en un delicioso sueño en el que habíamos dejado de ser
dos desconocidos con ganas de olvidar.
Sólo la noche era capaz de escuchar nuestros latidos
y, por un momento, nos deshicimos del infierno.

Al principio, nos comportamos como dos adultos cuerdos,
pero habitaba en nosotros un intenso dolor que gritaba nuestros nombres.
Yo ya no tenía nada que perder y tú, quién sabe,
si un hogar, la soledad o, simplemente, el miedo.
Así que empezamos a anochecer.

Nos secamos las lágrimas con nuestros propios cuerpos,
abrazados tan fuertemente que nada ni nadie podía despegarnos.
Mi sonrisa avergonzada incendió la noche
y tú me devolviste al primer día de mi vida.
Allí no había nadie, tan sólo un cuerpo con dos almas.

Por un instante, el mundo entero desapareció
y se fueron tras él los demonios y fantasmas.
Anochecía entre tus brazos y tus besos callados.
Ya no teníamos adónde ir y, por fin, el tiempo se agotaba.
Ya podíamos decir "Adiós" a una vida que nunca conocimos.

Contuve la respiración.
El dolor físico dura tan sólo un momento.
Lo que nunca se cura es el dolor del alma.
Nos agarramos fuertemente de la mano.
Anochecía.

Anochecía un valls infinito entre la luna y los espejos.
Languidecíamos.
Favor por favor.
Silencio súbito, tras el sonido esquelofriante de un quebrar de huesos.
Favor por favor.

Me precipité sobre ti según lo pactado.
Yo veía estrellas. Tú aún no me habías dado alcance.
Me cerraste los ojos y me cubriste con la sábana.
Te parecí todavía más hermosa.
Vinieron más estrellas. Tú también las veías.
















lunes, 5 de septiembre de 2011

NUEVO BLOG: www.lamadremuerta.blogspot.com

Os presento un nuevo blog: www.lamadremuerta.blogspot.com , "Diario póstumo de Lucía Fraga". Un viaje a través de mis últimos años de vida narrado desde el punto de vista de mi hija, Lucía Fraga. Una muerte sin resolver, un matrimonio frustrado, la vida secreta de la escritora y una serie inexplicable de sucesos misteriosos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

LA CAJA DE MÚSICA


Todo el dolor se concentra en un punto.
Algún cabrón le habrá dado al interruptor,
ése que se sitúa justo debajo de la cuerda.

Yo tenía una caja de música,
preciosa,
de aquella época de las pesetas rubias.

Una maquinaria extraordinaria;
figuras en movimiento,
luz en el fuego y paz en la noche.
Sólo mis ojos de niña infeliz
podían adivinar la tragedia que escondía.

Largas noches he pasado escuchando
la voz estremecida de un violín de manivela.
Con el cuajo de una manzana en la garganta,
miraba hacia las constelaciones de mi universo,
y la música y el color incendiaban el cuarto.

Un día
-como hoy, como ayer, como cualquiera-
la lancé violentamente al suelo.
Ese día, tal día como hoy,
destrocé por completo el mecanismo
y sólo quedaron figuras mutiladas.

Ese día
supe que había destrozado
algo más que una máquina llorona.
La ternura enegndró el capricho
y el capricho se convirtió en locura.

Lucía de Fraga


sábado, 20 de agosto de 2011

DIME, ¿EN QUÉ COÑO NOS QUEDA POR CREER?


Hace tiempo que no duermo.
Me duele la vida y el tiempo
que inúltimente me pisa en pretérito.
Nunca deseé la vida,
porque, aunque no me creas,
es la mayor condena del Hombre.

Mi noche no pertenece ya al mundo
en el que nos quisieron enseñar a creer.
Mi noche es una sombra permanente
que se cobija en mi alma desterrada
y pone cerrojos a todas las puertas.
Ceguera del espíritu, hambre de muchos años.

Que Dios me perdone,
porque soy pecadora.
Que Dios me perdone,
porque ya no me alcanza más que el dolor.
Porque ya no sé
quién es "el camino, la verdad y la vida".
Porque ya mis labios han besado los pies
de muchos gigantes con pies de barro.
Porque ya no sé rezar
y sólo confío, Compañero,
en ese pálido reflejo del mármol.

Dime,
si la muerte es nuestro único consuelo,
te pido que exprimas mi cráneo entre tus manos
y rompas este absurdo aprendizaje
en el que nos enseñaron
que el verbo "amar" se conjuga.

Ni amo, ni odio, ni siento.
Sólo me persigue esa noche
que se cierne sobre mí
y me traslada al terror
que sólo yo conozco.
El terror, amigo mío, tiene nombre y apellidos.

Dios sólo fue un fuego fatuo,
el amigo un vendido,
el hermano traidor.
Dime, si es que tú puedes
-porque yo no-
¿en qué coño nos queda por creer?


Lucía de Fraga.

miércoles, 17 de agosto de 2011

"VAMOS A CONTAR MENTIRAS"


“Si Cristo levantase la cabeza, vomitaría” (Hannah y sus hermanas, W. Allen)

Mira.
No te tapes los ojos.
Míralo bien.
No huyas, no te escondas.
“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”.

¿Quién nos ha mentido en esta película?
El retiro se llena de confesionarios.
La misa del perdón.
Indulgencia plenaria al capitalismo asesino.

Mira.
Fíjate en el pecho seco, más estéril que cualquier desierto.
Clava tus ojos en la criatura condenada a morir.
Morirá y con él millones.
“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”.

¿Hacia dónde miras, Pastor de la Iglesia?
Yo he pasado por delante de tu obscena vanidad,
Pero, día y noche, siento a la muerte
Que exprime el último hálito de vida
De tus hijastros, los desterrados, los de velado rostro.

Fíjate bien,
Porque ese niño ya ha muerto millones de veces.
“Éste es el cáliz de mi sangre”.
Sangre de la sangre de Cristo que grita y aúlla.
¿Quién nos ha mentido en esta película?

Ya han muerto.
Cadáveres hacinados glorifican tu nombre,
Porque quien a hierro mata a hierro muere,
Sacrílego traficante de la Sangre de Cristo,
Asesino.


Lucía de Fraga.

"IN VINO VERITAS"




Todavía te pienso en tu silencio.
En aquello que no dijimos,
Porque el tiempo era un recluta muerto.
Has dejado las armas de tu lengua
Y todo se ha teñido de negra sangre.

Recuerdo tu cara, pálida y arisca,
Los últimos días de nuestras vidas.
“In vino veritas”
Te repetía mientras nos emborrachábamos,
Al mezclar tu corazón podrido con mi impetuosa inocencia.
Sé que nos habíamos jurado algo
En las tardes sofocantes del mes de junio.
Una palabra bastaba para que yo creyese en Dios.
Pero me negaste el pan y la sal,
Sin ninguna explicación.

Ahora que soy libre,
Que no dependo de nadie con mi augusta soledad,
Bebo y río con mis fantasmas sin sábanas ni cadenas;
“In vino veritas”.
¿Quién iba a suponer que nunca bebiste la Sangre de Cristo?

Lucía de Fraga.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Temporada de Vacaciones

Queridos amigos:
Me estoy tomando un descanso con mi blog, pero vuelvo pronto.
Besos y abrazos para todos.
L. de Fraga.

domingo, 17 de julio de 2011

ESCUCHADLO



Silencio. Soledad. Abandono.
De lágrimas tengo preñados los ojos
En esta noche de oscuras manos.
Y mi alma, hecha añicos,
Sólo siente el frío del Silencio.

Silencio.
Escuchadlo.

Sobre sus alas mudas,
Vienen las pesadillas que recorren
Un cuerpo abierto en canal
Por el cuchillo del sueño negro.
Mi cuerpo sin entrañas donde
se alimentan los pájaros del placer.

Silencio.
Escuchadlo.

Amordazada por el dolor que me tapa la boca,
Trato de encontrar a oscuras,
Un interruptor que no funciona,
Porque la noche se ha instalado en mí
Como un invitado fuera del horario de visita.

Silencio.
Escuchadlo.

Sentid la clamorosa llamada del Silencio
Que os conducirá a un mar incierto,
Allá donde se hunden los continentes
En un letargo de Eternidad.
Mi testimonio será la condena.

Silencio. Silencio. Silencio.

Haz que me calle, Amor, con el fervor de tu boca
Y libérame de la carga de mis pensamientos.
Beso.
Silencio.
Escuchadlo.

Lucía de Fraga.

viernes, 8 de julio de 2011

LA SEMANA QUE VIENE VOLVEMOS

Queridos amigos:
Por diversas razones, no he podido actualizar mi blog. La semana que viene se actualizará. Os agradezco vuestro apoyo y que sigáis dándome ganas de trabajar.
Besos a todos,
L. de Fraga.

jueves, 30 de junio de 2011

EL DOLOR DE LA VERDAD


La verdad duele.
Huele a batas de hospital y a alcohol
Que se gravan en la pituitaria a fuego.
Duele saberse loco, poeta o trapecista.
Es el precio de la vida.

La verdad duele.
Es un cuchillo oxidado
Que nos atraviesa el estómago
Y nos muestra la putridez de nuestro pasado.
Es la gran herida abierta.

La verdad duele.
Ese dolor de cabeza que nos lleva
En un tiovivo macabro al fondo del vaso.
Ese fracaso inmotivado que nos obliga
A tachar y escupir versos.

La verdad duele.
Seamos reyes o mendigos,
La verdad nos mata de manera sigilosa.
Dadme una palabra verdadera
Y yo desmontaré el mundo.


Lucía de Fraga.

miércoles, 22 de junio de 2011

EL FINAL



El final no es una despedida,
Es la soledad frente al espejo de la decrepitud.
Las noches frías en la que la manta no nos tapa
Y el reloj hace demasiado ruido con su tic-tac impertérrito.
El final es un grito desgarrado.

El final no es una despedida.
Es el pulmón abotargado por el que trata de salir el humo.
Las viejas fotografías todas rotas dentro de un cajón.
La calefacción que no funciona pegada a tus huesos.
Un libro amarillento que se ha leído no sé cuántas veces.

El final no es una despedida.
Es el combate del yo contra su otro yo.
La lucha descarnada por la supervivencia.
Las luces que apagan sus letreros de neón
Y los últimos borrachos a los que hay que echar.

El final no es una despedida.
Es el último salto mortal sin red y sin seguro a terceros.
El vómito ensangrentado en medio de las sábanas.
Los acreedores que aporrean la puerta,
Porque no hemos saldado nuestras deudas de juego con la vida.

El final no es una despedida.
Es un vaso vacío y un cepillo de dientes gastado.
Un plato de comida reseca rodeado de moscas.
Botellas de ginebra tiradas debajo de la cama.
Poemas y versos esparcidos por los rincones.

El final no es una despedida.
Es una inadecuada maniobra a la derecha.
Un frío helador que se escurre por la espalda.
Una indecisión sobre la vida o la muerte.
Un baño ensangrentado donde yaces tú.

Lucía de Fraga.

sábado, 11 de junio de 2011

¿DÓNDE ESTÁN?



¿Adónde fueron promesas, buenas intenciones y amistad?
Quizás se mezclaron con el agua sucia de algún vertedero.
Yo tuve grandes amigos que se comportaron conmigo como héroes,
Pero que me abandonaron en la carretera Dios sabe por qué.
Me declaro inocente de toda culpa.

Mis versos descarnados no eran de su gusto.
Temían que les contagiara la tristeza de mi vida.
Me estigmatizaron por mi educación, por mi fe, cuando aún no la había perdido,
Por pertenecer a una clase social que yo abominaba, que me hacían aborrecer.
Me hicieron culpable de delitos de antes de mi nacimiento.

¿Pero qué fue lo que pasó?
Nada. Absolutamente nada.
Las mayores estupideces ocurren por nada.
Me dejaron sola y lo acepté.
Al fin y al cabo, yo no podía perder nada que no había tenido nunca.

Rebotadas sociales incapaces de pronunciar nombres de pastel en francés.
Perdí el tiempo.
Era previsible que algún día me dejarían sola.
La envidia corrompe, aunque se disfrace de desprecio.
Me honra su desprecio, porque no es más que la constatación
De la alta estima en que me tenían.

Lucía de Fraga.

sábado, 4 de junio de 2011

PUTA INOCENCIA



No sé cómo contártelo, madre.
Aquella noche había bebido un par de copas.
No pasó nada de importancia
O que merezca la pena ser contado.

A la mañana siguiente,
Tenía el finiquito encima de mi mesa.
Así que salí a celebrarlo entre lágrimas al mismo bar.
Tenía tres mil dólares y una carrera en la media.
Necesitaba que papá me abrazara.

Pasé la tarde-noche bebiendo ginebra y escuchando discos.
Una moneda, un disco.
A las once de la noche apareció aquel hombre de zapatos brillantes.
Yo ya estaba borracha y como en una feria,
Vendía besos a dos dólares.

No me dijo su nombre, a mí tampoco me importaba.
Éramos dos extraños jugando a ser niños.
Le dije que le vendería un beso por dos dólares
Y me contestó que qué estaba dispuesta a dar por cien.
No sé cómo contártelo, madre.

El mármol está frío y las flores marchitas.
Padre se marchó a un pueblo de Kansas y desapareció.
Yo quise mantener limpio nuestro nombre
Y me rompí el lomo trabajando como secretaria
Y llevando una casa bonita con olor a narcisos.

No sé qué fue de los tres mil dólares.
Sólo sé que me desperté con sangre entre las piernas.
Me arranqué de un tirón tus perlas y me eché a llorar.
El tipo se había ido.
Y yo estaba desnuda.

Lucía de Fraga.

lunes, 30 de mayo de 2011

LAS PERLAS


Las perlas son para las buenas chicas.
Mi madre las llevaba el día de su boda.
Yo me deshice de ellas en una casa de empeño.
Necesitaba un puñado de dólares para hacerme pasar por una señora.
Ahora, pronto vendrán a por mí.

Nunca he sido la hija soñada ni la señorita perfecta.
Nadie me ha sujetado la frente mientras vomitaba en mis noches de alcohol.
Perdí la inocencia como quien pierde un guante;
Él era un magnate y yo una niña de trece años con hambre.
Ahora, sólo me quedan cuatro putos cigarrillos.

Mi padre tuvo la suerte de morir.
Yo la de escaparme de un colegio de monjas
Y buscarme la vida entre cama y cama.
Mamá, no lo hubiera soportado.
Ahora, sus perlas cuelgan del cuello de cualquier virgen afortunada.

No tuve elección.
El hambre es una mala compañera
Y el dinero fácil, cómodo y confortable,
Aunque no puedas soportar las náuseas de las manos que te tocan.
Ahora, tengo las mías ensangrentadas.

Pronto vendrán a por mí.
Las perlas son para las buenas chicas.

Lucía de Fraga.

PROBLEMAS DE SALUD

Queridos amigos:
Debido a graves problemas de salud, el funcionamiento del blog no se reanudará hasta la semana que viene.
Gracias por vuestra fidelidad.
L. de Fraga.

viernes, 20 de mayo de 2011

CARNE DESCARNADA



He visto mi cuerpo perdido entre otros cuerpos.
Fruto de libélulas y alimento de pájaros de ojos negros de alfiler.
Lo he visto envejecer y sangrar desolado.
Sus ojos son los ojos del ocaso.
Mi cuerpo es ya pasto de los gusanos.

Mi carne, tan blanca como las palomas,
Se ha vuelto parda y pútrida.
¿Dónde han escondido la juventud perdida?
Yo ya no sé cuál es su nombre,
Perdida y sola en mi sufrimiento.

He visto el pecho arrugado de una anciana.
El pecho seco y estéril de una madre muerta.
Perderé todos los hijos que no he tenido,
Porque mi vientre es agujero para cucarachas y saltamontes.
He perdido para siempre el fruto bendito.

Lucía de Fraga.

viernes, 6 de mayo de 2011

INOCENTE


Me declaro inocente.
Nunca supe de las normas del amor
Ni fui consciente de sus trampas
Con las que un asesino a sueldo
Me destripó hasta hacerme perder el conocimiento.
Por eso, hoy, alzo las palmas de mis manos en esta tarde de hastío y pena.

Me declaro inocente.
Nunca besé tus labios ni me deshice entre tus piernas.
Pero tú, pájaro rebelde y feroz, me envenenaste
Con tu exótico canto.
Por eso hoy mi rostro se cubre de amargura.

Me declaro inocente.
No llamé a tu puerta, porque la inquina se cuela por las rendijas
Más remotas de nuestros desamparados sentimiento.
No quise, entonces, esperarte,
Porque habías ahogado con tus propias mis manos mi carne viva.

Me declaro inocente de los cargos que se me acusan.
Yo no regué con lágrimas tus malditas ventanas,
Mientras hacías girar el tambor del revólver
Que contenía la bala fatal.
Ahora, entre pólvora y pedazos de alma,
Puedo declararme víctima del amor.

Lucía de Fraga.

ABANDONADA


Me siento en un rincón oscuro
A fumar y a contemplar el paso absurdo del tiempo.
No me reconozco en este papel de víctima del amor,
Porque el amor es un terreno que siempre me ha sido vedado.
Contigo llegó la gran promesa y el gran batacazo.

No me quedan lágrimas, sólo gritos ahogados en mi almohada.
Me has sableado como haría un ladrón a una dama despistada.
Y lo cierto es que llevaré tu nombre hasta mi muerte,
Porque has grabado a fuego en mis carnes tu triste silencio.
No quiero que la vida siga en esta noria estúpida.

Me queda el recuerdo de lo que fuiste algún día;
Algún día que las flechas del amor me hirieron de muerte.
Quédate con tus palabras bonitas y con tus mentiras,
Que yo seguiré en la vida y en la muerte,
Tan sola como un perro abandonado.

Lucía de Fraga.

miércoles, 4 de mayo de 2011

DAME UNA SOLA PALABRA (A todos vosotros con cariño que sois mi alimento)


Dime una sola palabra que evite la locura.
Algo con lo que no me corte las muñecas,
Mientras leo las cartas funestas del futuro.
Algo que no me mate sólo con su perfume.

Estoy en un rincón oscuro con las piernas meadas,
Porque tengo miedo, porque soy humana,
Porque algo hay que me trae el olor familiar de las sábanas frías
Y debajo sé que se esconde el cuerpo de las noches celebradas.

Dime una sola palabra contra la angustia,
Que me paraliza los miembros y hiela mi sangre
Como virutas de hielo que se me clavan en la carne.
Dime que todo esto no es más que un mal sueño.

Se ha ido la luz y mi corazón y mis sienes palpitan fuertemente.
Desde aquí, desde la oscuridad, mis temores se multiplican
Y tengo que agarrarme a la mesa para no caer por un abismo
Hecho de llanto, de carcajadas histéricas, de miedo y de sangre.

Dime una sola palabra para que no abandone este mundo.
Dame flores recién cortadas y luces en todas las ventanas y todos los amaneceres.
Dame la paz que no quiere asistir a mi cabeza
Y la nostalgia del tiempo que no fue más que pasa-tiempo.

Estoy aquí, sentada en la cocina, fumando un cigarrillo,
En la prisión de todas las tinieblas,
Fruto abortado de las miserias,
Pero todavía puedo mantenerme en pie,
Porque estamos a tiempo de que me des una palabra.

sábado, 23 de abril de 2011

NO HAY NADA


No hay nada. Sólo ese silencio que precede a las tragedias.
Yo dibujo niños ahorcados a los tres años.
No hay nada. Sólo silencio.
¿Acaso se le puede pedir algo a la vida?
Sólo que nos dejen en paz camino del último día.

No hay nada. Sólo silencio.
El silencio de los mataderos.
El silencio de los velatorios de cuerpo presente.
La ruina del yo contra el otro en un mutismo revelador
de que realmente no hay vida más allá de los cordones de nuestros zapatos.

Somos soledades compartidas
que tienden a intoxicarse de un yo
que no es más que el reflejo de un muerto en el espejo,
porque ya hemos sido,
ya no somos
y el juego de alteridad
no es más que otra necesidad del hombre
para sentirse menos solo.

No hay nada. Sólo silencio.
Alteridad,
asesinos del ego
en el buen nombre del otro
que creemos que nos ocupa.

Figura sobre fondo.
Animales furibundos en busca
de una carne ajena que devorar.
No hay nada. Sólo silencio.
La commedia è finita.
Que los bailarines se quiten sus máscaras
y clavemos un cuchillo en nuestro brazo...

Veremos cómo la sangre no ha de ser de Otro.

Lucía (de) Fraga.

jueves, 14 de abril de 2011

OLIMPO DE HORMIGÓN


En mi mente revolotean mariposas de vidrio,
Mientras alguien llora en el Olimpo esta noche.
Quizá algún dios haya perdido los favores de Venus.
Yo sacrificaré una pareja de palomas blancas en su nombre.
Ha llegado la hora del adiós.

Apolo y Dafne follan sobre un raído colchón
En una casa ocupa donde Zeus viola a Leda.
El ávido cisne ha desflorado a la doncella,
Entre jeringuillas y condones usados.
Ha llegado la hora.

Que despierte Baco y nos embriague con su vino
De viñas dulces que se venden en tetra-bricks baratos.
El suelo está cubierto de sangre en este Olimpo de hormigón y miseria.
“Sangre de la alianza, nueva y eterna” que
unge nuestros pechos de héroes de papel.

El cielo se cubre con un gesto violento del “amontonador de nubes”.
Ya nadie canta en el Templo de los Dioses.
Ya nadie bebe néctar.
Sólo se bebe la sangre del enemigo
Y se revuelve en las basuras en busca de ambrosía.

Ha llegado la hora del adiós a los dioses.

Lucía (de) Fraga.

lunes, 11 de abril de 2011

ESPEJOS CÓNCAVOS



He ido a mirarme en los espejos del callejón del Gato.
Están donde comienza mi cuarto de baño.
Nunca me ha gustado la carnicería,
Ni las vacas descuartizadas del mercado.
Y resulta que hoy me encuentro con que me reflejo en una.

Formas de mujer, geometría del sexo triangular.
Exceso en forma humana por un ojo miópico y miserable.
Yo adoraba el sexo de los ángeles
Y la escuálida figura que me devolvía una replicante.
Ahora no soy más que un montón de carne.

Malditos sean los reflejos censurables.
Maldita sea mi carne de hembra rotunda.
Yo adoraba el sexo de los ángeles
Y a la diminuta mujer con que el tiempo se ha ensañado.
¿Dónde está mi desnudez líquida y angélica?

El gran ojo del hombre, contempla a la mujer de anchas caderas.
Reflejo irreverente de la mujer que fui.
Realidad deforme y deformada.
Máscara obscena del alma encorsetada.
Maldito sea la retina de curvatura cóncava.

Lucía (de) Fraga.

jueves, 7 de abril de 2011

QUE YA NO ESTÁS


Dejaste una nota de despedida sobre
El imán de los zuecos holandeses.
Allí en la nevera.
Borraste toda huella de ti
Y te llevaste todo lo que me habías dado:
La alegría, el amor,
algunos libros robados y mis cedés de Charlie Parker.

Desde que te has ido, todos los días parecen lunes.
El tedio del domingo lo guardo con mi ginebra
Con la que ahora hago piruetas suicidas con una sola mano.
Cada noche es de domingo y alcohol;
El resto de la semana, de bebidas espirituosas
Y todos los días de malditos llantos y porqués.

Cerraste la puerta de un golpe que ha agrietado
Las paredes del salón y las galerías de mi alma.
Ahora ya sólo soy una vieja con un triste gato de porcelana.
¿Por qué me arrancaste las manos aquella noche?
Ya todo tiene respuesta: amor de suela gastada y otra carne fresca.
Y te llevaste todo lo que me habías dado:
El coñazo y tus gayumbos de hortera.

martes, 5 de abril de 2011

ALAS ROTAS


La luz trémula de la cocina parpadea bajo mi cabeza.
Lío en silencio pitillos y echo un trago de Oporto,
Mientras recuerdo los días en los que fui mujer.
Fumar me evade del silencio angustioso de esta madrugada insomne.

El arte de amar no es más que un título vacío.

Me perderé para siempre dentro de mis copas invisibles
Y mi carne se tornará de color púrpura en este desierto de hormigón.
Me desvisto con la parsimonia de una actriz consagrada
En un dormitorio vacío que huele a sábanas frías.

El arte de morir es un noble pasatiempo.

Duermo entre alcohol y tabaco negro cerca de tu orilla.
Allí donde mis piernas se han vestido de otoño,
Porque nunca he sentido en mi piel el calor añejo
De las noches de amor en vela.

El arte de matar es el secreto de las flores más bellas.

Me desperezo entre un mundo de hojalata y minuteros acelerados.
Sólo me mantienen derecha mis dos piernas embarradas
Por la lujuria del tiempo que pasa a nuestro lado
Como un borracho en una tasca de vecinos malintencionados.

El arte de vivir me es ajeno como el vuelo de la cucaracha.

Me quedaré aquí. Mirándote de frente.
Mis ojos serán tus ojos y mi corazón, un juguete de plástico.
Serás el niño que conduce el coche al garaje de Playmobil
Hasta encerrar mis entrañas en el más profundo agujero.
El arte de volar es designio de dioses y héroes
Y a mí, hace tiempo, me han roto las alas.

lunes, 4 de abril de 2011

REPOSA, POETA.


(Humilde homenaje a José Luis Zúñiga que nos ha dejado).

No recuerdo quién dijo que
“hay un lugar que da al corazón reposo”.
Mientras tú te has cerrado como al final de un libro,
Yo sigo buscando el reposo y el lugar
En esta habitación que no conoce el sol.

“Hay un lugar que da al corazón reposo”.
Allí, allí donde tus alas se han posado en silencioso lecho.
Porque hoy gritan por ti los elementos
Y dispersan a los cuatros vientos
Tus palabras de Poeta.

Hay un lugar donde siempre luce el sol
Y tu sueño es el sueño que jamás pudimos imaginar.
Entre frescas hojas verdes y estilizados jazmines,
Dormita tu alma divina,
Mas yo sigo buscando el sosiego.

Desesclavizado del cuerpo y la carcasa humana,
Descansas entre los cantos de aves trovadoras
Y evangelizas la tierra con tu Verbo de Poeta
Que hoy se derrama con el torso abatido.
Pero yo ya sé dónde estás...

En aquel “lugar que da al corazón reposo”.

Lucía Fraga.

sábado, 2 de abril de 2011

EL GRITO DE LOS LIRIOS


He encendido una vela.
Dame, Dios Mío, el descanso eterno.
He visto sangrar un campo de amapolas
Y su espeso fluido rojo me ha manchado el alma
Con un grito de los lirios.

El campo es un vasto cementerio de voces.
Niños, callad, que el Padre ha hablado.
Dios no me dará una litera en el cielo
Ni viajaré en tren-hotel al Paraíso.
Yo he escuchado el grito de los lirios.

Como una mujer que se desnuda ante una ventana,
Mi cuerpo se viste de noche en la arena.
La arena de Pedro.
Las mareas de Simón.
El río del Bautista.

He encendido una vela
Para que la muerte me encuentre,
Vencida y desnuda como la primera vez.
Esta noche los lirios gritan mi nombre
Y no me dejan dormir con sus voces de piel.

Atrás han quedado los muertos.
Sólo vivimos del pan de estar vivos:
Seres humanos, animales y flores.
Aunque se marchite mi voz,
Ten por seguro que gritarán los lirios.

Lucía Fraga.

jueves, 31 de marzo de 2011

NUNCA APRENDERÉ



Tengo las medias rotas y un tacón torcido.
Nunca aprenderé a ser una mujer.
Aunque me maquille con tintes de melancolía
Y vista las ricas sedas de Oriente,
Sigo siendo una niña perdida en la calle.

Puede que nunca sepa descifrar el código de los hombres,
Ni distinguir entre beso y bocado,
Porque nadie me ha enseñado lo que natura otorga.
Mi cuerpo es un desfiladero de soldados muertos
Y un refugio donde el sueño se hace milagro.

Tengo las medias rotas y un tacón torcido.
Sólo me apetece beber la sangre de mi propio Cristo
Y embriagarme de leyes sin venganza, sin peajes a mi cuerpo.
Sucias son las manos que imaginan en mí deseo,
Como sucia es el agua de sus abrevaderos.

Puede que continúe con el juego de mis muñecas trasnochadas
Y las sábanas con que madre me arropaba por las noches,
Porque la furia del amor es mi terror nocturno.
Nunca aprenderé a ser una mujer.
Tal vez sea una niña encarcelada en una anatomía.

Tengo las medias rotas y un tacón torcido,
Pero no quiero ser de piel y alma de plástico.
Me cerraré a las bocas de sedientos borrachos,
Mientras me desnudo en los escaparates de las librerías.
Soy la no-mujer. Soy la niña ETERNA.

Lucía Fraga.

martes, 29 de marzo de 2011

A OSCURAS



Fumo con desgana a oscuras.
Esta noche es una noche más de insomnio
En la que se marchitan las flores de mi vida.
Pétalo tras pétalo, siento un vacío mortal en mí
Que va dejando atrás los ojos que se aplastan en la pared.
La vida por la noche se ahoga en un vaso de ginebra
Y juega a los dados con un Dios borracho que condena el alma.
Esta noche no es una noche más de insomnio.
Es el terrible nocturno que convierte en cristal la sangre de tus venas
Y te invita a girar el tambor del revólver sobre la sien.
Los gatos maúllan en las aceras de cemento pegados a las farolas;
Quizás Dios o yo ya hemos muerto.

Lucía Fraga.

sábado, 26 de marzo de 2011

AL DOBLAR LA ESQUINA



Dicen que la felicidad puede encontrarse
Al doblar la esquina.
Pero yo sólo siento mi dolor de desencuentros y pérdidas,
Porque donde reside mi alegría han huido los niños de mi desvelo
Y no puedo dar con el camino de vuelta a casa.

Aunque yo me ligue a ti como el aire,
Tú peinas mareas y vientos con los dedos.
Eres la flor que se abre en primavera
Para cerrarse a mi paso.
Aunque yo quiera rozarte con la caricia más callada,
Tú te recoges, pétalo tras pétalo, para no mirarme
Con tus ojos de amaneceres florecientes.

Muda. En silencio.
Cegada por la luz que me desviste esta mañana sorda,
Me siento en el suelo de la esquina
A esperar a la felicidad,
Que son tus manos, amor, las que me pueden llevar a ella.

Aunque no me desprenda de ti,
Como la hiedra que devora mis paredes,
Tú eres indolente silencio en boca cerrada.
Dime qué he de hacer para doblar la esquina
Y encontrarte a ti, intensa luz cegadora
Que avergüenzas a las rosas con tu latido.
Dime, amor, si hemos de ser los mismos,
Al doblar la esquina.

Lucía Fraga.

martes, 22 de marzo de 2011

MIRAD MI CUERPO




Mirad mi cuerpo sin lujuria y sin vergüenza.
Liberado, al fin, de mentes lascivas y ojos desdeñosos.
Soy la mujer evaporada de vuestros sueños
Que se ha vestido con el grito del niño,
Con la pared deslumbrada, con la súplica del pájaro.


Mirad mi cuerpo cómo llora.
Las encendidas luces de mi casa,
Miradlas.
Dentro de mi hogar ya no hay fuego que alumbre.
Sólo arde y arde la estopa de los días.

Mirad mi cuerpo cómo grita.
La lenta caricia de la madrugada traidora
Se llevó a mi amante lejos de mi lecho.
Lágrimas tengo en los ojos incendiadas.
Miradlas.

Mirad mi cuerpo cómo suplica.
Mirad mis heridas, todas ellas.
Donde el lamento se torna oración,
Yo pondré un beso en tus manos.
Miradlas.

Mirad, al fin, desnuda y deshecha de mentiras,
La desnudez que se abre paso en la inocencia.
Mi cuerpo, galería del pensamiento,
Se abre para combatir vuestras aberraciones.
Es mi cuerpo. Miradlo.

Lucía Fraga.

lunes, 21 de marzo de 2011

LA HUIDA


Aroma a café de madrugada.
Y todo el cuerpo entumecido de frío.
¿Adónde han huido los niños?
Sus sombras de colores y sus juguetes
Se han trasladado a otro continente.
Y yo apenas puedo moverme amordazada
Por el gélido aliento de los despertares.
El cielo está lleno de bocas pequeñas
Y las estrellas de miles de manos curiosas.
¿Adónde han huido los niños?
La vía láctea es un inmenso tobogán
Por donde se deslizan unos pequeños pies.
Adiós al beso infantil, a la mano entre tus manos
Al mes de abril y la infancia florecida.

Lucía Fraga.

domingo, 20 de marzo de 2011

DÍA INTERNACIONAL DE LA POESÍA: METAPOESÍA


...Parece imposible pensar que las cosas, rara vez, pueden concluir perfectamente terminadas. Cuanto más me afanaba en concluir, más interrogantes aparecían. Más que nunca me sorprendes con tu sentencia: "la incertidumbre de la Poesía", porque ésta parece un saco sin fondo que nunca se llena. Realmente no se puede escribir de Poesía, sólo podemos aspirar a escribir Poesía sin obsesionarnos con planteamientos excesivamente analíticos. Estoy subyugada por este fenómeno que se me aparece más incomprensible que antes. Decididamente, la Poesía no es cuestión de entender, sino de sentir y nada más con el mismo misterio con que la Primavera abre su primera flor.
L. Fraga.

NOCTURNO DE RELOJES


Los relojes suenan.
Todo está oscuro.
Me duelen las piernas.
Mi frente está pegada contra la puerta
Y me pregunto si debo emborracharme o suicidarme.
Los relojes siguen sonando.
Yo no puedo dormir más.
En mi mente se agolpan los recuerdos.
Sabor amargo a vida arrebatada.
Sigo con la frente pegada a la puerta.
A oscuras.
Mis piernas son las de una parturienta.
Suena el tic-tac más sádico:
...
Vuelvo a estar completamente sola.
Me laten las sienes y
tengo profundas ganas de vomitar.
Alguien me está rajando
Desde el abdomen hasta los ovarios
Con un cuchillo sucio.

Hoy vuelve a morir una niña de cinco años.

L. Fraga

viernes, 18 de marzo de 2011

MUJER DESCALABRADA


Sin apenas sangre en las venas,
Una mujer ha caído a las puertas de la muerte por una escalera
Y su cuerpo inane habla con el reflejo de un espejo mudo
Al que llegan las lágrimas de ojo roto y velo de novia muerta.
Es su cuerpo un arco apunto de lanzar un corazón contra el cielo
Y su boca un manantial de saliva con que curarse las heridas.

Tirada sobre las escaleras llora sobre su velo blanco la novia abandonada.
Las flores del almendro cubren su cuerpo maltrecho y herido
Por una caída de un pie desconfiado de su suerte.
Con los ojos en lágrimas, la mujer, desde lo alto de la escalera,
Mira en el espejo su blanca piel teñida de nostalgia y arena de un reloj.
Se ha hecho tarde para levantarse, mientras ha caído la banqueta
Y todos los sueños rotos de una mujer descalabrada.
Gotas de sangre manchan el velo divino que llega hasta el espejo
Para no volver a coronar más una cabeza que se ha roto.
Dulce dolor el de que cae y se levanta desnudo como un niño.

Es su cuerpo blanca seda iluminada por el sol,
Pezones de plata, pubis de ébano y materia de alabastro sus piernas.
En el espejo mudo ha caída una hembra que va sangrando por los escalones.
Mentiras de un mundo extraño que cambia pezuñas por manos.
Ten piedad, Señor, de la mujer que ha caído del cielo.
L.Fraga.

martes, 15 de marzo de 2011

LA PARED




Corre la hiedra por los ventanales
Y por las paredes una mujer empapelada se esconde.
No se distingue su nítida desnudez con el papel de colores
En una casa que está a punto de caer, como su pusilánime figura
Contra una pared que no deja de contar los días.

El viejo muro de la casa posee mujeres encantadas
Que hacen dibujos de hierba sobre la superficie de hormigón.
Nunca hubo mujer más hermosa que la que atraviesa la pared
Y no muere víctima de su encierro de papel
Como un pájaro con las alas enlodadas.

Su cuerpo se transmuta en carne de cemento liso y papel ajado
Y deja adivinar a la hembra que se esconde tras las vigas.
El retrato de su cara es una inmensa sábana fría,
Porque ha decidido enclaustrarse en su mundo de caras anónimas.
¡Qué hermosa es la belleza sin nombre!

Belleza que recorres descalza la vieja casa en busca de un zapato.
Ojo clínico que te retrata en un inmensa voluptuosidad de cera y fotografía.
Te han cubierto la cara para que descanses y tu cuerpo se funde con la pared
En una paridad oscura de ceguera y olor a muebles antiguos que cuentan
Historias de mujeres que atravesaron el papel.

L.Fraga.

viernes, 11 de marzo de 2011

CARA A LA PARED


En la azotea de cemento y ladrillo llora el desnudo de una mujer
Que se arrima a la esquina del pecado como castigo de una vida.
Es su espalda río por el que manan oscuras profecías de multitud de bocas.
Su piel, lamida por los perros, se mantiene firme de cara a la pared.
Bajo sus pies, se esconde tras una alfombra de caucho, el camino.

El camino por el que corren los perseguidos y los olvidados.
Esta figura pretende desaparecer en el corazón de una roca artificial.
¿Qué sostendrá entre sus manos esta mujer de piel de acero?
Sus pies helados, sobre la alfombra de caucho, hablan de otras rutas posibles,
Otros mundos y otras maneras donde esconder las cadenas.

Rompamos las cadenas de hilo que se enredan por los cuerpos.
Esa mordaza silenciosa que coloca un yugo a los amantes,
Que lejos de unirlos, los atenaza con sus invisibles manos asesinas.
La mujer de cara a la pared se acuna como una niña muerta de frío.
Es la desnudez el consuelo de la verdad y de las flores marchitas.

L.Fraga.

martes, 8 de marzo de 2011

EL BALCÓN



Yo vivía en Erenestinenstrasse fünf, en el barrio turco,
Al otro lado del fiordo, al otro lado de la civilización.
Tuve que mentir para que me alquilasen aquel estudio.
A una mujer joven y soltera no estaban dispuestos
a que la mataran por un par de euros.
Me inventé una pareja, unos ingresos y una vida,
Mientras me dejaba la piel en la Universidad de Kiel.

Desde mi balcón pedía deseos a la luna cada noche,
Mientras en pijama y bata fuma Gauloises y bebía café solo.
El invierno nocturno parecía eterno en el país de Taine.
Nieve hasta las rodillas, agua contra las gafas.
Buses apestando a una humanidad despavorida de frío
Que mezclaba sus alientos de ajo y cerveza.

El verano llegó como un niño salvaje,
Y se disparó mi cuenta de débito.
“ Die Leserin” regalaba un bikini minúsculo
que no dudé en probar en las playas de Ernestinenstrasse, fünf.
Entre la ropa tendida, colgué mi cuerpo de veinte años
Al tiempo que extendía con “ritual parsimonia” la crema protectora
Y comía trozos de melón y fresas que me pasaba por los brazos.

La fruta mojada, que hacía refrescar mi cuerpo,
Le daba un brillo lujurioso a mi piel, al tiempo
Que escupía rabitos de fresa hacia el parque de los árboles bávaros.
Yo, declaradamente obscena, disminuía mi bikini
Ante las miradas atónitas de los vecinos
Que, con la excusa de fumar, salían a ver a la extranjera.
¡Qué de fantasías sexuales sin yo saber qué hacer!

Las vecinas me miraban mal en la escalera.
Ellos saludaban con gran galantería a la “Jung Frau”.
En el balcón me desnuda lentamente como en una actuación,
Deteniéndome, a veces, a recoger la ropa tendida,
Para acumular en mis vecinos más testorena y libido.
Luego, colgaba mi ropa en la barandilla e iba, poco a poco,
Mermando el tamaño de mis vestiduras.

Hasta que decidí tomar el sol de espaldas desnuda.
Ni una palabra, ni una sola nota salía de ninguna radio.
Me quedé dormida boca abajo y me sorprendió la noche.
El suelo del balcón estaba cuajado de flores.
Me levanté entre narcisos, geráneos y rosas.
Al día siguiente en mi puerta lucía: “¡PUTE!
Yo contesté “Möchsten sie schreiben “Puta”?

Y esa tarde me acosté boca arriba. (Lucía Fraga)

miércoles, 23 de febrero de 2011

HOY HA MUERTO LA NIÑA


Hoy ha muerto la niña, de nuevo.
De nada sirvieron cariño y atenciones.
No podemos luchar contra lo que está escrito,
Aunque deje huellas y un polvo incierto.
He visto todas sus muertes en paralelo
Caer como fichas de dominó una detrás de otra.
La vida, la muerte y la duda pueden recolocar
Las fichas sobre la mesa, de igual modo,
Que todo sale volando de un manotazo,
Porque hay una virgen mutilada a los pies de un dios fatal.
El brazo tiembla sobre antiguas voces que gritan desde lo profundo,
Pero el brazo se extiende ajeno a las advertencias.
La niña se ha caído por un puente inacabable
Que no lleva a ninguna parte
Y su cabeza se golpea estrepitosamente contra los muros.
La niña ha vuelto a morir.
Confusión, inconsciencia y sangre
Tiñen de sangre un panorama
Donde el recuerdo selectivo busca a una niña perdida
Y una mujer con un inexplicable surco en las venas hay disfrazar.
Ella, que ha dejado las fichas boca abajo,
Aparecerá desnuda y sola,
Con el cráneo roto y un hilo de sangre saliendo de su boca
Y un trozo de pijama en la mano, bajo cualquier arbusto.

L. Fraga.

viernes, 18 de febrero de 2011

NO HAY NADA


No hay nada. Sólo ese silencio que precede a las tragedias.
Yo dibujo niños ahorcados a los 3 años.
No hay nada. Sólo silencio.
¿Acaso se le puede pedir algo a la vida?
Sólo que nos dejen en paz camino del último día.
No hay nada. Sólo silencio.
El silencio de los mataderos.
El silencio de los velatorios de cuerpo presente.
La ruina del yo contra el otro
En un mutismo revelador de que realmente
No ha vida más allá de los cordones de nuestros zapatos.

Somos soledades compartidas
Que tienden a intoxicarse de un yo
Que no es más que el reflejo de un muerto en el espejo,
Porque ya hemos sido,
Ya no somos
Y el juego de alteridad
No es más que otra necesidad del hombre
Para sentirse menos solo.
No hay nada. Sólo silencio.
Alteridad,
Asesinos del ego
En el buen nombre del otro
Que creemos que nos ocupa.
Figura sobre fondo.
Animales furibundos en busca
De una carne ajena que devorar.
No hay nada. Sólo silencio.
La commedia é finita.
Que los bailarines se quiten sus máscaras
Y clavemos un cuchillo en nuestro brazo....

Veremos cómo la sangre no ha de ser de Otro.

sábado, 12 de febrero de 2011

HÁBITOS MALDITOS




Ahora que siento el letargo tras el derrumbe,
quiero caer en un sueño hipnótico
donde las agujas del reloj no sepan girar.
Enciendo un cigarrillo
y me hundo en el humo que huele
a asfalto y depresión.
Hay pocas cosas que cambiar.
Tal vez ninguna.
El talento es el mayor delito del ser humano.
La belleza crea dependencia,
el horror, hábito.

domingo, 6 de febrero de 2011

EL VIEJO TOCADISCOS


Una mujer duerme.
En un viejo pick-up suena la voz desgarradora de la Piaf.
Copas por el suelo y restos de whisky delatan al sueño que la cubre.
En ropa interior y las medias caídas entre los muslos
Ella sueña con volver a la tierra y al hogar.

La envuelve el calor de una antigua estufa de la pensión
Que hace flotar como pompas de jabón sus sueños de muñeca rota.
El “rouge” de sus labios se ha movido de su boca;
Beso borroso contra la ventilla acosada por las despedidas y la lluvia.
Tan sólo duerme. Sus labios están cerrados para otras bocas.

Suena el disco de la Piaf rayado, repitiendo la palabra “Amour”,
Picoteo de un pájaro con el corazón a punto de ser atravesado.
Lejos queda el humo del cabaret y los brindis con borrachos lascivos con dinero.
Su voz se alza por encima del vocería con una triste canción alemana.
Sólo el diablo abriría la boca, entonces.
Volverá a la tierra y al hogar, descalza y con los pies ensangrentados.

L. Fraga

martes, 1 de febrero de 2011

NO ME PREGUNTES


No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Cómo dejamos de ser dos niños desnudos a la orilla del mar
Y cómo las piedras blancas en los bolsillos eran nuestra moneda.
Soñábamos con despertar abrazados en un mundo sólo para nosotros,
Donde el agua era más clara y bebíamos con las manos llenas de inocencia.

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Nunca descubrimos el tesoro escondido en la arena
Ni fuimos más que grumetes a las órdenes del sol.
Recuerdo cómo nuestros cuerpos iban cambiando
Sin que nada oscureciera nuestros ingenuos desnudos...

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Quién robó la esencia de nuestra infancia indiferente al mundo.
Noto el roce de tu barba incipiente y el camino que llevaba a mis pechos de niña.
Nos traicionaron por un universo corrupto que intoxicó las flores y el mar.
Nos quedaron tantas preguntas por hacer...

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Ahora que duermes serenamente
Sé que las preguntas las creamos nosotros
En una mezcla de hombre y mujer diminutos
Que ahora buscan sus cuerpos desnudos en la cama
En una vuelta a ser niños.
L. Fraga.

jueves, 27 de enero de 2011

EL TÚNEL


Adormecida por el humo de los coches
Y deslumbrada por sus faros,
Me he quedado aquí aferrada a una pared de sudor.
Mis ojos viajan por las esferas celestes
Y me dejo acariciar con su música divina como un perro dormido.
Atrás he dejado mi rostro de mujer,
Porque soy la tenebrosa sombra que proyectan las luces amarillas del túnel.
Amarillo celofán, amarillo de luz pintada.
Envuelta estoy en amarillo como una flor a punto de marchitarse.
Me ahogo en este submundo de cloacas, ratas y aceite de coche.
El largo silencio que conduce al amanecer de los motores.
Soy una indigente que pide con un vaso de plástico en la mano
Entre coches que me serpentean y me evitan como a una leprosa.
Soy la mujer de la luz amarilla, vestida de agua y celofán
Entre las galerías de humo y los espejos retrovisores.
Soy la mujer que acecha en el túnel.

L. Fraga.

miércoles, 26 de enero de 2011

martes, 25 de enero de 2011

LA VIEJA ESTACIÓN


Viejos trozos de vías oxidadas y carteles desfasados
Cubren la vieja estación.
Donde fuimos niños y nos amamos más tarde entre piedras y leños.
El cartel del lugar lo borró la corrosión del tiempo y nuestra imaginación,
Pero aún quedan letras que se resisten a desaparecer.
En la vieja estación jugábamos a lo prohibido
entre vagones de gomaespuma reventados.
Asientos del diablo que se clavaban como cadenas sobre mi espalda.
Ahora que ya no somos unos críos nos hemos vuelto acomodaticios.
Las historias de amor ya no se hilan en literas de destruida primera clase.
Sólo los besos han quedado marcados en rouge por las ventanillas.
Los otros los perdimos jugando a volver a la vieja Estación.

L. Fraga.

sábado, 22 de enero de 2011

LAS PERSIANAS


Está a punto de cerrarse la noche con un golpe de persiana.
Las luces tintinean en un abrir y cerrar de ojos ensordecer.
Yo fumo lentamente en un rincón de la cocina en ropa interior.
La noche se apagó como una sala de cine donde ponen siempre la misma película.
El mismo rodaje de tu vida en blanco y negro.

La noche está a punto de cerrarse con un golpe de persiana.
Ya no queda una sola luz encendida y a tientas tocas el universo.
El humo se despide como una mujer de curvas sinuosas.
Has tocado fondo.
Las mentiras flotan en un vaso de ginebra que escupes contra la pared.

La persiana se hace noche de una vez por todas.
Sólo te calma el calor aterciopelado del alcohol..
Has perdido una, dos, tres veces...
Y tu vida sigue siendo como un mal melodrama de música pegadiza.
Recuerda que el que pierde, tiene la oportunidad de ganar.

L. Fraga.

miércoles, 19 de enero de 2011

AMANECE


Amanecer sepia, de fotografía antigua.
Entre el frío y un rincón, doy las últimas caladas a un cigarrillo.
La mañana parece hastiada, herida por una garra nocturna
Que aún palpita en sangre.
Los niños han perdido sus voces en una mañana de mudez y soledad.

El viejo daguerrotipo que alcanza mi ventana
Me habla de gente desaparecida con un grito que se incomoda.
Aún no han apagado las luces y ya desayuno los primeros rayos de sol.
Sol de antaño, de muchas bocas que esperan que crepite la mañana.
Los niños juegan con la angosta línea del horizonte de un cuchillo.

Ya se va despertando esta cara de la tierra que se acuna como un niño dormido.
Mientras tanto, desnuda sobre los azulejos de la cocina, entre tabaco y perfume,
Lamo las heridas que me ha causada una noche violenta y ebria.
Atrás quedaron las noches cuando la luna saboreaba mi cuerpo
Y el nácar de mi piel brillaba aún más con su saliva.
Ya ha amanecido.

L. Fraga.

lunes, 17 de enero de 2011

LA SONRISA OCULTA


Camino descalza con cautela.
No quiero ver a la mujer del espejo que sonríe amargamente.
Se le ha caído ya el velo de la risa que ocultaba su boca
Y llora, en voz baja, para que ni los reflejos la oigan.
Una luz se ha quebrado contra el grito estridente del niño asustado.

En plena desnudez me abro como una flor sobre el sofá y la manta.
Ya han cubierto todos los espejos de las estancias,
Aunque sus suspiros llegan como aire de rabia ponzoñosa.
Yo delimito los espacios de mi piel con la punta de un lápiz
Que libera cada pedazo de piel de las cadenas del tiempo.

¿Quién me pide que me asome a la ventana?
Yo luzco el escaparate de mi desnudo sin pudor y sin avaricia
Porque tan sólo soy el reflejo perdido de un espejo que llora.
Mis formas, hechas por un alfarero, son livianas redondeces
Sobre las que caen las lágrimas de una imagen
A la que han destapado el velo de la sonrisa.

L. Fraga.

sábado, 15 de enero de 2011

CRECER


No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Cómo dejamos de ser dos niños desnudos a la orilla del mar
Y cómo las piedras blancas en los bolsillos eran nuestra moneda.
Soñábamos con despertar abrazados en un mundo sólo para nosotros,
Donde el agua era más clara y bebíamos con las manos llenas de inocencia.

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Nunca descubrimos el tesoro escondido en la arena
Ni fuimos más que grumetes a las órdenes del sol.
Recuerdo cómo nuestros cuerpos iban cambiando
Sin que nada oscureciera nuestros ingenuos desnudos..

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Quién robó la esencia de nuestra infancia indiferente al mundo.
Noto el roce de tu barba incipiente y el camino que llevaba a mis pechos de niña.
Nos traicionaron por un universo corrupto que intoxicó las flores y el mar.
Nos quedaron tantas preguntas por hacer...

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Ahora que duermes serenamente
Sé que las preguntas las creamos nosotros
En una mezcla de hombre y mujer diminutos
Que ahora buscan sus cuerpos desnudos en la cama
En una vuelta a ser niños.
L. Fraga.

martes, 11 de enero de 2011

LA CHESLOM




Olor a opio y sexo húmedo bautizan la estancia
Donde yace una mujer liberada de las cinchas de la intimidad.
Apenas caen sobre su cuerpo liguero y sujetador liberado
Que deja un rostro de desnudez durmiente alcoholizada.
Ya se esconden las manos que la adoraron, porque llega la aurora.

Mitad mujer, mitad cuerpo entrapado que deja a la vista
La sinuosa figura de una mujer agotada en la cheslom,
Su perfume habla de borrachos y propinas, de tipos ricos y camas frías.
Dejad que duerma la princesa del pecado con el muslo desnudo,
El pecho descarado y caliente y la sábana invisible que muestra la carne.

Las medias cuelgan de un clavo en la pared manchadas de champagne,
Mientras por su mente corren piernas con zapatos de tacón y charol negro.
De las voluptuosas pieles sólo queda el recuerdo y una constante llamada cuerpo
Que se desnuda sin ganas satisfecho el placer y ansiosa de sueños,
Donde el pecado es beatitud y la carne es trapo del alma.

Dejad que duerma, dejad que duerme lejos de manos sibilinas y labios amargos.
Contemplad el bello sueño de una mujer medio desnuda que sueña con un mundo lejano, donde la noche no es prueba de carnal aceleración y hombres de negro brillante.
La espalda cubre pecho y pubis de las miradas,
Ese ingente mapa donde se perpetúan las huellas de los amantes.

Un ángel vuela sobre su cabeza y la envuelve en sus alas.
Atrás quedaron las noches de cabaret y mercancía de cuerpos.
Ya no se jugará su destino por cada copa que beba
Ni terminará en la gélida cama de un desconocido,
Porque la mujer medio desnuda ha muerto en el circo del insomnio y pastillas.

Lucía Fraga.

lunes, 10 de enero de 2011

LA PARED


Corre la hiedra por los ventanales
Y por las paredes una mujer empapelada se esconde.
No se distingue su nítida desnudez con el papel de colores
En una casa que está a punto de caer, como su pusilánime figura
Contra una pared que no deja de contar los días.

El viejo muro de la casa posee mujeres encantadas
Que hacen dibujos de hierba sobre la superficie de hormigón.
Nunca hubo mujer más hermosa que la que atraviesa la pared
Y no muere víctima de su encierro de papel
Como un pájaro con las alas enlodadas.

Su cuerpo se transmuta en carne de cemento liso y papel ajado
Y deja adivinar a la hembra que se esconde tras las vigas.
El retrato de su cara es una inmensa sábana fría,
Porque ha decidido enclaustrarse en su mundo de caras anónimas.
¡Qué hermosa es la belleza sin nombre!

Belleza que recorres descalza la vieja casa en busca de un zapato.
Ojo clínico que te retrata en un inmensa voluptuosidad de cera y fotografía.
Te han cubierto la cara para que descanses y tu cuerpo se funde con la pared
En una paridad oscura de ceguera y olor a muebles antiguos que cuentan
Historias de mujeres que atravesaron el papel.

L.Fraga.

martes, 4 de enero de 2011

NACIMIENTO




Se puede escuchar el mar dentro de una caracola
Y contemplar el océano dentro de una botella vacía.
Las hojas han ido cayendo sobre mi solitaria tumba
De la que ha nacido una mujer dentro de un huevo roto.
La ignorancia es una buena conductora en el espacio de los sueños.

Sueños con alma de mujer que se repliega dentro de su cascarón
Con el mar en el brazo y la paz oculta en la cabeza.
No distraigáis a la mujer nacida del huevo con vuestras lamentaciones,
Porque para dar camino a su pie, el mundo ha de mirarse como la primera vez.
Ojos de niño que descubren la desnudez como piel primera e inmaculada.

El pecho al descubierto ilumina el camino oscuro de los pies descalzos.
En la noche una húmeda cascada son sus brazos que se mueven en danza.
Pedazos de cáscara de huevo son sus primeros recuerdos trigueños de infancia.
La mujer que se formó en el huevo es una niña escapada de un nido
Donde los pájaros de ojos negros y cabeza de alfiler la picoteaban.

Dame tu segunda piel, oh mujer de la naturaleza,
Para esconderme de la turba que me vapulea bajo la tapa de mi tumba.
Vísteme con el color arena y que mis pechos respiren la luz del día.
Yo pondré una calabaza hueca bajo el brazo.
Una calabaza contra los buscadores de seda
Y déjame desnudarme en el interior de tu caja de pájaro.

L. Fraga.