miércoles, 19 de enero de 2011

AMANECE


Amanecer sepia, de fotografía antigua.
Entre el frío y un rincón, doy las últimas caladas a un cigarrillo.
La mañana parece hastiada, herida por una garra nocturna
Que aún palpita en sangre.
Los niños han perdido sus voces en una mañana de mudez y soledad.

El viejo daguerrotipo que alcanza mi ventana
Me habla de gente desaparecida con un grito que se incomoda.
Aún no han apagado las luces y ya desayuno los primeros rayos de sol.
Sol de antaño, de muchas bocas que esperan que crepite la mañana.
Los niños juegan con la angosta línea del horizonte de un cuchillo.

Ya se va despertando esta cara de la tierra que se acuna como un niño dormido.
Mientras tanto, desnuda sobre los azulejos de la cocina, entre tabaco y perfume,
Lamo las heridas que me ha causada una noche violenta y ebria.
Atrás quedaron las noches cuando la luna saboreaba mi cuerpo
Y el nácar de mi piel brillaba aún más con su saliva.
Ya ha amanecido.

L. Fraga.

1 comentario:

  1. El premio por ser tu seguidor virtual número 100 es haber encontrado tu poesía. Gracias.

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