domingo, 3 de octubre de 2010

ANQUILOSADA


Dádeme un pouco de acougo.
Précisome converter nunha clara Lucía.
Arredarme das corredoiras escuras da miña alma.
Acadar a plenitude de dous corpos en comuñón
E ser, por fin, muller completa e non remendo de fémias espidas.
Mais, esgoteime en anacos de xiz contra un muro de choiva.
Coma a man violenta que levou dunha labazada a miña neneza.
Nin sequera foi preciso esbirrar para perder a inocencia.

O mundo cae en troques de medrar no tempo das caricias.
E o meu corpo fica anquilosado e inútil coma unha fiestra de vento
Pola que se esbaen os bicos á noite e as apertas de madrugada,
Licuada muller de flores murchas pola que non agroma latexo ningún.
Son a que aínda non fun e non podo ser,
Polo camiño de aramios electrificados onde o meu corazón fai piruetas
E mira de esguello e con envexa noxenta ós namorados que se agochan nos soportais.
Porque teño os beizos de chumbo e non hai boca que mos poda bicar.

Fíxome Deus un ser con sede e tristura no corpo.
A cativa que non pode medrar máis que para recoller follas ciscadas polo chan.
Se chumbo teño por beizos, mazá fermosa e efémera teño por corazón.
A alma perdina nunha mala noite xogando ós espellos coa morte.
Cargarei a miña Conklin e darei un pulo de xigante
Para poñerme diante de min mesma e unha caixa de piñeiro
E, simplemente, escreber:
“Dádeme un pouco de acougo”




Dadme un poco de paz.
Necesito convertirme en una clara Lucía.
Alejarme de los corredores oscuros de mi alma.
Alcanzar la plenitud de dos cuerpos en comunión
Y ser, por fin, mujer y no remiendo de hembras desnudas.
Pero, me he agotado en pedazos de tiza contra un muro de lluvia.
Como la mano violenta que se llevó de una bofetada toda mi infancia.
Sin ni siquiera ser preciso estornudar para perder la inocencia.

El mundo se derrumba en vez de crecer en el tiempo de las caricias.
Y mi cuerpo permanece anquilosado e inútil como una ventana de viento
Por la que desaparecen los besos en la noche y los abrazos de madrugada,
Licuada mujer de flores marchitas por la que no resurge ningún latido.
Soy la que aún no fui y la que no puedo ser,
Por el camino de alambres electrificados por donde mi corazón hace piruetas
Y miro de reojo y con envidia asquerosa a los amantes que se arrebujan en los soportales.
Porque tengo los labios de plomo y no hay boca los pueda besar.

Me hizo Dios un ser sediento y con tristeza en el cuerpo.
La pequeña que no se puede hacer grande más que para recoger hojas tiradas por el suelo.
Si plomo tengo por labios, manzana hermosa y efímera tengo por corazón.
Mi alma la perdí una mala noche jugando a los espejos con la muerte.
Cargaré mi Conklin y tomaré impulso de gigante
Para ponerme delante de mí misma y de una caja de pino
Y, simplemente, escribir:
“Dadme un poco de paz”

3 comentarios:

  1. Que gran manifiesto. Siempre me hacen mejor la mañana tus versos

    ResponderEliminar
  2. eres una mujer valiente...
    abrazo largo
    Vara

    ResponderEliminar
  3. Siempre tienes mi pecho, para cuando quieras recostarte,
    siempre hay alba tras la madrugada (por más ardua y azarosa que esta sea)
    siempre

    ResponderEliminar