miércoles, 10 de octubre de 2007

AMOR DE VIEJO

Estallas de placer en boca de menores

que aún no tienen edad para subirse las medias.

Pecho plano y disimulo de algodones dulces

en los que te encanta hundir la cara.

Ya no puedo ofrecerte la timidez

de una virginidad mal llevada,

porque aunque te empeñes en olvidar,

mi cuerpo ha sido castigo,

cuna dulce de tus cicatrices,

carne que se abrirá para otras bocas.


AMOR DE VIEJO

Estallas de placer en boca de menores

que aún no tienen edad para subirse las medias.

Pecho plano y disimulo de algodones dulces

en los que te encanta hundir la cara.

Ya no puedo ofrecerte la timidez

de una virginidad mal llevada,

porque aunque te empeñes en olvidar,

mi cuerpo ha sido castigo,

cuna dulce de tus cicatrices,

carne que se abrirá para otras bocas.


jueves, 4 de octubre de 2007

COMPASIÓN

Cuando recojo tus versos,

como se recoge el cuerpo diminuto del hijo perdido,

siento que, página tras página,

voy deshilvanando tu mente retorcida.

Ilusiones de viejo trasnochado,

Muñecas antiguas de mecanismo fácil,

Calor barato de manta eléctrica

Y, solamente,

sabor a sangre en los labios.

jueves, 27 de septiembre de 2007

HOTELES

¿TE APETECE SUBIR?

Soy lo suficientemente ingenua como para creer

Que las camas sólo son para dormir,

Pero también lo bastante zorra como para saber

Que no tienes sueño.

LA BELLEZA TOXICA

El aroma de un poema es un gas lacrimógeno que incendia los ojos.

Por eso cada noche siembro versos de amor que te hacen llorar.

Me acerco a tu cama y te miro de rodillas

Con la misma ternura que pondría una madre suicida.

“Al amanecer seguiré a tu lado

Y haré un barco de papel

con todas mis promesas incumplidas”.

Aunque la madrugada se me caiga de los brazos

Y ya no me queden palabras con las que remendarte el corazón,

Daré alimento a tu sueño con un campo de venas azules.

martes, 25 de septiembre de 2007

DAR A TU PIE CAMINO

el beso, Gustav Klimt

La soledad no se ve, ni se toca,

Pero tiene el olor inaguantable de la leche cortada

Y la caricia heredada de la aguja.

Por eso te busco,

Aquí, sola

con la ceguera del dedo torpe

Por todas las esquinas de mi cuerpo

Sobre un mapa de ausencias esperables.

La pared se vuelve sendero hacia la carne

Y , apenas, se distinguen ya

Cemento y piel marchita.

Las brújulas que corren por mi garganta

Me hablan en la extraña lengua

De las piedras blancas

Con las que me lleno los bolsillos,

Tratando de arrancarle a la tierra perezosa

Algo tuyo.

Alumbraré al hijo fruto de la piedra

Y juntos daremos camino

A tu pie indeciso.

jueves, 20 de septiembre de 2007

PINTURA Y POESÍA

El cuadro de Goya acompaña a los poemas Nostalgia del acero (Sección II)

miércoles, 19 de septiembre de 2007