jueves, 6 de septiembre de 2007
HUMO Y JAZZ
Me miro en el espejo y veo mi cuerpo asqueroso.Sólo soy hermosa tendida en la cama.Perdí mis ínfulas de nínfula y ahora ya no sé quién soy. Me sigo sintiendo adolescente y niña. Tampoco mi aspecto me delata. Pero qué daría yo porvolver a los viejos años de Humo Y Jazz con Katja en aquel ático que daba directamente a toda la costa, en plena ciudad, y leíamos Rayuela como dos clochardes. El vino y las guindillas, mientras su gata Irisse acariciaba por el cuello y las piernas. Ahora mon cherie está lejos, demasiado lejos como para tomar una copa de tinto y reirnos por "pavadas". Mi gemela estálejos y yo incompleta.No me falta su mitad, me falta una vida entera que está por hacer y no sé por dónde empezar a empaquetar.
No soy la que fui ni la que seré, soy un ser en transformación, metido dentro de su capullo esperando madurar. No tengo ganas de obligaciones, todavía que me queda un tiempo antes de empeza a trabajar. Tampoco ganas locas de hablar con mis amigos, porque siento que me han inoculado la semilla de la melancolía tardía y esa actúa con efecto retardado. Mientras tanto que siga Miles tocando y que fluya elhumo.
UNA MUJER SE HA PERDIDO. CONOCER EL DELIRIO Y EL LLANTO
Me he perdido buscando mi sombra como Peter Pan en esta habitación del País del para Siempre Encacerlad. No me encuentro ni me distingo entre mis libros de Pessoa, Celan, Saramago, Lejeune, Chejov, Gorki o Cernuda.Me he colada por las páginas de los libros y ya no sé a cúal pertenezco. Me Siento aplastada por el peso del papel y el paso del tiempo. ¿Dónde se ha ido mi sonrisa? Ya no reconozco mi cara en blanco y negro, metida dentro del aparato del cajista. Ya no tengo la fuerza de todas las mañanas y sólo quiero ahogarme en Porgy & Bess y tirarme en la cama para mirarle los ojos a Marilyn. Soy una mujer hecha de trapos de cocina que cuando me coges me derrumbo como un castillo de naipes.Mis labios están fríos y mis ojos totalmente perdidos en una isla de palabras mentales. Necesito que me beses como a una niña para ir tomando forma desde mi infancia. Borrar las heridas. Dejar de conocer el deliro y elllanto.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
PEREZA EN EL ALMA
martes, 4 de septiembre de 2007
UNA MUJER DESCALZA
lunes, 3 de septiembre de 2007
SANTIAGO TENA O EL AMOR EN TIEMPOS DIFÍCILES
LA CURIOSIDAD
domingo, 2 de septiembre de 2007
EL IMPOSIBLE "HAPPY END" DEL MITO
Hay pocos motivos para que yo deje una taza de café sin acabar: mirar por la ventana cuando se me va el santo al cielo o buscar el verso perfecto, pero, sobre todo está la lectura de novelas de Sherlock Holmes. Me apasiona el talento cuando se convierte en marca de carácter. Bien es cierto que, muchas veces, me hace gracia el infantilismo de Sir Arthur, cuando nos pinta al “adorable misógino” como conocedor de todos los lenguajes secretos o de todos los neumáticos para bicicletas de Londres. La verdad es que me importa bien poco el lugar que ocupe este tipo de ficción dentro de la literatura y, por eso mismo, jamás entraría a debatir su calidad artística/estética, sea cual sea ésta.
Creo que hará algo más de 12 o 15 años, en uno de esos largos veranos en los que me dediqué a fantasear con novela realista y cierta selección fílmica muy particular, la siempre minoritaria y selecta 2 de TVE dedicaba las aburridas tardes veraniegas a reponer filmes de Basil Rattbon y el bonachón bigotudo de “Rebeca” Y “Sospecha”. Yo, que empezaba a despuntar por mis rarezas pre-adolescentes, renegando de la playa, empecé a enamorarme del pésimo violinista de Backer Street y de su afición a la morfina. Con el paso de los años, Basil RatTbon me pareció una copia descafeinada del auténtico detective y con “La vida secreta de Sherlock Holmes” me convencí de que la desagradabilidad, que me es tan afín y amable, tomaba forma humana. He de confesar que la presencia de una mujer en la vida de Holmes siempre me hace recordar ciertas teorías freudianas. No hablo ni de la madre, ni el padre ni del sursum corda. Simplemente, me refiero a la destrucción del mito. ¿Sería posible que Holmes se enamorara? Tal vez; ahora bien, debe estar abocado al fracaso emocional siempre, si no sería como matar el deseo y destruir, por tanto, la retardación del placer, que es, en suma, lo que nos mueve por encima del propio goce hedonista: la espera, la búsqueda.
La clave está en la “contención”,las pasiones incompletas. Un duelo entre Irene y Holmes, una pura lucha dialéctica para medir fuerzas, es, ante todo, la historia de un fracaso. El mito necesita pervivir a perpetuidad como tal y, para ello es preciso que se mantenga “inmutable”. Privar de sentimientos a los personajes, manipular su destino a placer del autor-o del público, no olvidemos que Conan Doyle tuvo que “resucitar a su personaje”- debe mantener una continuidad mítica, legenaria, “evolutiva”, pero al mismo tiempo “inalterable”.
¿Holmes feliz padre de familia con un chiquillo meón encima de las rodillas? Al fin y al cabo, todo mito es la historia de un sacrificio, en cierto modo, de un simple mártir. Héroes, mendigos y soñadores bajo el signo inequívoco de la inmolación. Esclavos de su propia historia. Si no, que le alguien se lo hubiera preguntado antes a Unamuno.