viernes, 18 de marzo de 2011
MUJER DESCALABRADA
Sin apenas sangre en las venas,
Una mujer ha caído a las puertas de la muerte por una escalera
Y su cuerpo inane habla con el reflejo de un espejo mudo
Al que llegan las lágrimas de ojo roto y velo de novia muerta.
Es su cuerpo un arco apunto de lanzar un corazón contra el cielo
Y su boca un manantial de saliva con que curarse las heridas.
Tirada sobre las escaleras llora sobre su velo blanco la novia abandonada.
Las flores del almendro cubren su cuerpo maltrecho y herido
Por una caída de un pie desconfiado de su suerte.
Con los ojos en lágrimas, la mujer, desde lo alto de la escalera,
Mira en el espejo su blanca piel teñida de nostalgia y arena de un reloj.
Se ha hecho tarde para levantarse, mientras ha caído la banqueta
Y todos los sueños rotos de una mujer descalabrada.
Gotas de sangre manchan el velo divino que llega hasta el espejo
Para no volver a coronar más una cabeza que se ha roto.
Dulce dolor el de que cae y se levanta desnudo como un niño.
Es su cuerpo blanca seda iluminada por el sol,
Pezones de plata, pubis de ébano y materia de alabastro sus piernas.
En el espejo mudo ha caída una hembra que va sangrando por los escalones.
Mentiras de un mundo extraño que cambia pezuñas por manos.
Ten piedad, Señor, de la mujer que ha caído del cielo.
L.Fraga.
martes, 15 de marzo de 2011
LA PARED
Corre la hiedra por los ventanales
Y por las paredes una mujer empapelada se esconde.
No se distingue su nítida desnudez con el papel de colores
En una casa que está a punto de caer, como su pusilánime figura
Contra una pared que no deja de contar los días.
El viejo muro de la casa posee mujeres encantadas
Que hacen dibujos de hierba sobre la superficie de hormigón.
Nunca hubo mujer más hermosa que la que atraviesa la pared
Y no muere víctima de su encierro de papel
Como un pájaro con las alas enlodadas.
Su cuerpo se transmuta en carne de cemento liso y papel ajado
Y deja adivinar a la hembra que se esconde tras las vigas.
El retrato de su cara es una inmensa sábana fría,
Porque ha decidido enclaustrarse en su mundo de caras anónimas.
¡Qué hermosa es la belleza sin nombre!
Belleza que recorres descalza la vieja casa en busca de un zapato.
Ojo clínico que te retrata en un inmensa voluptuosidad de cera y fotografía.
Te han cubierto la cara para que descanses y tu cuerpo se funde con la pared
En una paridad oscura de ceguera y olor a muebles antiguos que cuentan
Historias de mujeres que atravesaron el papel.
L.Fraga.
viernes, 11 de marzo de 2011
CARA A LA PARED
En la azotea de cemento y ladrillo llora el desnudo de una mujer
Que se arrima a la esquina del pecado como castigo de una vida.
Es su espalda río por el que manan oscuras profecías de multitud de bocas.
Su piel, lamida por los perros, se mantiene firme de cara a la pared.
Bajo sus pies, se esconde tras una alfombra de caucho, el camino.
El camino por el que corren los perseguidos y los olvidados.
Esta figura pretende desaparecer en el corazón de una roca artificial.
¿Qué sostendrá entre sus manos esta mujer de piel de acero?
Sus pies helados, sobre la alfombra de caucho, hablan de otras rutas posibles,
Otros mundos y otras maneras donde esconder las cadenas.
Rompamos las cadenas de hilo que se enredan por los cuerpos.
Esa mordaza silenciosa que coloca un yugo a los amantes,
Que lejos de unirlos, los atenaza con sus invisibles manos asesinas.
La mujer de cara a la pared se acuna como una niña muerta de frío.
Es la desnudez el consuelo de la verdad y de las flores marchitas.
L.Fraga.
martes, 8 de marzo de 2011
EL BALCÓN
Yo vivía en Erenestinenstrasse fünf, en el barrio turco,
Al otro lado del fiordo, al otro lado de la civilización.
Tuve que mentir para que me alquilasen aquel estudio.
A una mujer joven y soltera no estaban dispuestos
a que la mataran por un par de euros.
Me inventé una pareja, unos ingresos y una vida,
Mientras me dejaba la piel en la Universidad de Kiel.
Desde mi balcón pedía deseos a la luna cada noche,
Mientras en pijama y bata fuma Gauloises y bebía café solo.
El invierno nocturno parecía eterno en el país de Taine.
Nieve hasta las rodillas, agua contra las gafas.
Buses apestando a una humanidad despavorida de frío
Que mezclaba sus alientos de ajo y cerveza.
El verano llegó como un niño salvaje,
Y se disparó mi cuenta de débito.
“ Die Leserin” regalaba un bikini minúsculo
que no dudé en probar en las playas de Ernestinenstrasse, fünf.
Entre la ropa tendida, colgué mi cuerpo de veinte años
Al tiempo que extendía con “ritual parsimonia” la crema protectora
Y comía trozos de melón y fresas que me pasaba por los brazos.
La fruta mojada, que hacía refrescar mi cuerpo,
Le daba un brillo lujurioso a mi piel, al tiempo
Que escupía rabitos de fresa hacia el parque de los árboles bávaros.
Yo, declaradamente obscena, disminuía mi bikini
Ante las miradas atónitas de los vecinos
Que, con la excusa de fumar, salían a ver a la extranjera.
¡Qué de fantasías sexuales sin yo saber qué hacer!
Las vecinas me miraban mal en la escalera.
Ellos saludaban con gran galantería a la “Jung Frau”.
En el balcón me desnuda lentamente como en una actuación,
Deteniéndome, a veces, a recoger la ropa tendida,
Para acumular en mis vecinos más testorena y libido.
Luego, colgaba mi ropa en la barandilla e iba, poco a poco,
Mermando el tamaño de mis vestiduras.
Hasta que decidí tomar el sol de espaldas desnuda.
Ni una palabra, ni una sola nota salía de ninguna radio.
Me quedé dormida boca abajo y me sorprendió la noche.
El suelo del balcón estaba cuajado de flores.
Me levanté entre narcisos, geráneos y rosas.
Al día siguiente en mi puerta lucía: “¡PUTE!
Yo contesté “Möchsten sie schreiben “Puta”?
Y esa tarde me acosté boca arriba. (Lucía Fraga)
miércoles, 23 de febrero de 2011
HOY HA MUERTO LA NIÑA
Hoy ha muerto la niña, de nuevo.
De nada sirvieron cariño y atenciones.
No podemos luchar contra lo que está escrito,
Aunque deje huellas y un polvo incierto.
He visto todas sus muertes en paralelo
Caer como fichas de dominó una detrás de otra.
La vida, la muerte y la duda pueden recolocar
Las fichas sobre la mesa, de igual modo,
Que todo sale volando de un manotazo,
Porque hay una virgen mutilada a los pies de un dios fatal.
El brazo tiembla sobre antiguas voces que gritan desde lo profundo,
Pero el brazo se extiende ajeno a las advertencias.
La niña se ha caído por un puente inacabable
Que no lleva a ninguna parte
Y su cabeza se golpea estrepitosamente contra los muros.
La niña ha vuelto a morir.
Confusión, inconsciencia y sangre
Tiñen de sangre un panorama
Donde el recuerdo selectivo busca a una niña perdida
Y una mujer con un inexplicable surco en las venas hay disfrazar.
Ella, que ha dejado las fichas boca abajo,
Aparecerá desnuda y sola,
Con el cráneo roto y un hilo de sangre saliendo de su boca
Y un trozo de pijama en la mano, bajo cualquier arbusto.
L. Fraga.
viernes, 18 de febrero de 2011
NO HAY NADA
No hay nada. Sólo ese silencio que precede a las tragedias.
Yo dibujo niños ahorcados a los 3 años.
No hay nada. Sólo silencio.
¿Acaso se le puede pedir algo a la vida?
Sólo que nos dejen en paz camino del último día.
No hay nada. Sólo silencio.
El silencio de los mataderos.
El silencio de los velatorios de cuerpo presente.
La ruina del yo contra el otro
En un mutismo revelador de que realmente
No ha vida más allá de los cordones de nuestros zapatos.
Somos soledades compartidas
Que tienden a intoxicarse de un yo
Que no es más que el reflejo de un muerto en el espejo,
Porque ya hemos sido,
Ya no somos
Y el juego de alteridad
No es más que otra necesidad del hombre
Para sentirse menos solo.
No hay nada. Sólo silencio.
Alteridad,
Asesinos del ego
En el buen nombre del otro
Que creemos que nos ocupa.
Figura sobre fondo.
Animales furibundos en busca
De una carne ajena que devorar.
No hay nada. Sólo silencio.
La commedia é finita.
Que los bailarines se quiten sus máscaras
Y clavemos un cuchillo en nuestro brazo....
Veremos cómo la sangre no ha de ser de Otro.
sábado, 12 de febrero de 2011
HÁBITOS MALDITOS
Ahora que siento el letargo tras el derrumbe,
quiero caer en un sueño hipnótico
donde las agujas del reloj no sepan girar.
Enciendo un cigarrillo
y me hundo en el humo que huele
a asfalto y depresión.
Hay pocas cosas que cambiar.
Tal vez ninguna.
El talento es el mayor delito del ser humano.
La belleza crea dependencia,
el horror, hábito.
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