lunes, 3 de abril de 2017

TEXTOS RESCATADOS: LOS HOMBRES DE SOBACO ILUSTRADO

Alemania, 2005.

Escribo desde la cocina. Las ventanas están abiertas y veo el patio iluminado por el rayo fino del sol en los últimas días del invierno. Practico recetas de escritura. Tomo un café muy malo, suave, como para niños. Mi compañera toma el sol con su madre. Yo siempre tengo frío. No me gusta el sol. Ni la playa. Ni la desnudez gratuita del verano.
Tengo las manos estropeadas, porque aquí el agua es muy dura. No tengo ganas de cumplir. Pero hay que justificar el destierro.
El carnaval es sórdido y me recuerda a Larra antes de suicidarse... A veces me pregunto cómo sería la vida sin citas ni personajes. Es pura gimnasia. Ésta que hago yo para contentarte. Soy experta en malversar emociones... Escribir sin ganas es como empeñarse en seguir en la cama cuando ya no tienes sueño. Como dejar el cuerpo muerto cuando te abraza el gran fornicador. Es divertido hacerlos sentir inútiles, eunucos, tristes Farinellis (y?). Tengo frío y las bragas que llevo hoy me molestan. Se me clavan en el culo.
No hay mañana que no me caiga de sueño. Siempre quiero estar cinco minutos más en la cama. Me levanto con calma. Miro al techo. Maldigo. Me retuerzo y me estiro. El gran cuadro me da los Buenos Días y yo le contesto con una reverencia. Huelo a calorcito y parezco, de nuevo, una niña recién levantada.
Hay un espejo apoyado en la pared. Ahí interpreta mi cuerpo sus posturas de bailarina de Degàs. Me veo con una extraña perspectiva de enana que mira al gigante. Encantada, señorita. Luego me desnudo y atisbo las nuevas venas que me han florecido. Despuntan nuevos arcos de calamitoso desgaste. Tengo las manos afiladas y un hueco profundo a la altura del estómago, donde se unen las costillas. Recojo el sofá y poso como Olympia, pero sin criada negra. Me repugna el desnudo con los pies tapados, por eso, sólo en ese momento, me permito estar descalza. La revieja sueña en su diván freudiano como las niñas de Carrol en angelical postura fotográfica. Parezco buena, parezco santa. Y de repente, soy la Sra. Eluard en la cámara de Man Ray y estoy colgada en la gran sala del tonto de Luis.
Me ducho. Intento ducharme. No, no consigo entender este grifo de Anette. El agua me sale fría y toda la piel parece papel charol brillante de gotitas. El agua cae, pero yo no me mojo. Ventajas de ser la niña-sapo. Es el momento de la segunda fantasía del día: mi marido va a entrar en el cuarto de baño y yo no soporto que entre sin llamar. Viene canturreando, con el pijama mal colocado. Mete la cabeza entre las cortinas de la ducha para darme un beso de buenos días. De un golpe, le saco la cabeza con la mano mojada. Él lo toma como una alegre gracieta de mujercita joven. Pero a mi me irrita. Él sigue inconsciente el curso de la maquinilla de afeitar, embobado, con el calor de las sábanas y la cercanía de otro cuerpo. Lo llamo por su nombre. Cierro el grifo. Silencio. Y yo le digo: no te quiero.
Salgo entre furtivas risas del cuarto de baño. ¡Qué alegre es la independencia de las separaciones! Ya falta un poco menos para fumar el primer pitillo del día. Si a las 5 vienen los del piso, tendré tiempo de ir a tomar un café. Aquí el tiempo es elástico y la soledad esponjosa. Trata de encoger en un puño la esponja de la ducha. No puedes. Pues la soledad interrumpida por terceros es así. Suena a seguro de accidentes, pero es verdad.
Subo al autobús con cara de “mecagoendios”. Una ceja más levantada que la otra por si a alguien se le ocurre acercarse. Los libros debajo del brazo, como los hombres. Ellas parece que llevan un bebé descamisado, por eso rodean los bártulos con signo de abrazo y ademán de repisa. Los hombres llevamos los libros clavados debajo del sobaco. Somos funcionales, no nos andamos con mariconadas ni posturas. Yo sólo impostura. Una mano en el bolsillo del pantalón, abrigo sobre los hombros y llega Lord Byron al seminario: “¡hooola, buenos días!”. Se acabó, ahora a representar el papel de alegre imbécil...

lunes, 24 de octubre de 2016

POEMAD: (TRAS)LUCIDEZ Y SILENCIO, MARTES 25 EN EN EL CONDE-DUQUE

LA POESÍA QUE NOS OCULTARON (Y MUCHAS COSAS MÁS...)




Cuando las tropas del general Décimo Junio Bruto, “el galaico”, alcanzaron el río Limia, retrocedieron aterradas. Los soldados romanos creyeron estar frente a las pavorosas aguas del Leteo, conocido en el mundo grecorromano como el río del Olvido. Se decía que si osaban atravesar aquella orilla, se borraría su memoria y, por tanto, su identidad, su patria; reducidos, pues, a ser hombres con el recuerdo vacío incapaces de regresar al hogar.
Algo muy semejante le ha ocurrido durante siglos a la poesía escrita por mujeres. Muchas han sido las poetas silenciadas dentro de un contexto sociocultural que, desde que el mundo es mundo, se sustenta en la tradición patriarcal. Como consecuencia, los parámetros masculinos han sumergido sin escrúpulos las voces femeninas en las terribles
aguas del Olvido. No obstante, encontramos la salvación en otro río mítico; en la región de Lebadea (Beocia), se hallaba el llamado oráculo de Trofonio, donde los consultantes debían beber de dos manantiales; uno de ellos manaba de la fuente del Olvido, el Lete para los griegos y el temido Leteo por los romanos, y otro que lo hacía de la fuente de la Memoria, Mnemósineme.
Los dictámenes de los hombres, detentores del poder establecido, nos han invitado a beber constantemente de la fuente del Olvido hasta conseguir que, prácticamente, se borrasen de la historia de la literatura los testimonios poéticos escritos desde la condición de mujer. Sin embargo, debemos agradecer la labor de aquellas que nos han acercado a los labios el agua reparadora de la otra fuente, la de la Memoria. Hablo, en este caso, de Marta López Vilar, a cuyo cargo está la edición de la antología de Bartleby Editores, (Tras)Lúcidas. Poesía escrita por mujeres. 1980-2016, que reúne a 29 mujeres poetas, entre las que tengo el privilegio de colaborar, nacidas a partir de los años 60, que caminos con convicción tras las sendas lúcidas de las que sufrieron la represión por su sexo.
Su estudio introductorio, “Un (Tras)Lúcido silencio: causas y orígenes de una desaparición”, es un brillante ejercicio de arqueología literaria, un esfuerzo titánico para hacer memoria, reivindicar la voz de tantas poetas postergadas, cuyos nombres se quisieron eliminar de nuestra sesera para devolverles el espacio que por derecho se ganaron. Ésta es, evidentemente, la poesía que nos ocultaron, la que nadie tuvo la intención de enmarcar dentro de los planes de estudio, salvo honrosas excepciones porque, como recoge López Vilar en palabras de María Lejárraga: “[las mujeres] Somos mal adversario, porque podemos ser buen explosivo […]”.
Las desterradas hijas de Eva siempre han hecho por alzar la voz, pero no hay mejor sordo que el que no quiere oír. Que, en pleno siglo XXI, la legitimidad de un poeta se limite a su sexo es aberrante. A mi entender, la poesía no es un género literario genitalizado. La literatura, la buena literatura carece de sexo. Lo que es innegable es que sus autores no pueden escribir desde la asexualidad porque fisiológicamente son seres sexuados y diferentes. Mas, al igual que la experiencia, hija de la recepción lírica, de Marta López Vilar, en principio la poesía fue sólo poesía sin reparar en nombres, rostros ni vidas. Tan sólo en aquellas palabras que habitaban también más allá de la letra impresa.
La poesía es universal e inaprehensible y únicamente a través del “lenguaje de la ruina” se puede rozar la íntima aproximación hacia el poema. Nunca alcanzaremos la justa palabra poética. Ni hombres ni mujeres. La lírica trasciende los límites de lo humano, de los sexos opuestos, del opresor y el oprimido, y cuando creemos haber cazado a este ciervo huidizo, nos quedamos con la miel en los labios. Hablar de una poesía total sólo le compete al universo, al cosmos, a la eternidad. Así lo recoge la mencionada autora en boca de Sophia de Mello: “Yo era tan niña que no sabía que los poemas eran escritos por personas, sino que creía que eran consustanciales al universo, que eran la respiración de las cosas, […]. Pensaba también que, si lograba quedarme completamente inmóvil y muda en ciertos lugares mágicos del jardín, conseguiría oír uno de esos poemas que en sí mismo el aire contenía”. Con la misma percepción hablaba, recientemente, Luz Pozo Garza en la presentación de su Rosa tántrica; sólo para unos pocos se reserva el privilegio de escuchar una misteriosa música en ciertos lugares.
Mientras tanto, mientras vayamos al encuentro del ciervo, nosotras, éstas 29 mujeres poetas escribimos al margen de convencionalismos obsoletos y lo hacemos libre y firmemente, en base a lo que somos y creemos.
Marta López Vilar es la encarnación de la vuelta al hogar. Así lo vuelve a demostrar en su último libro, En las aguas de octubre: “Hay restos de luz aquí, de origen, de palabra// También de mí/ que soy regreso”. Regreso de todas.



        Lucía de Fraga.

lunes, 9 de mayo de 2016

EL AUTÉNTICO “REGRESO AL FUTURO”


El pasado 15 de noviembre, este mismo periódico en el que escribo, publicaba en su dominical un reportaje con el inquietante título “En los ojos de la Muerte”, que relataba el caso de cuatro gallegos que habían superado el coma o la muerte clínica.
Sin duda, resultaban más llamativas las confesiones de dos de los “renacidos”, que con sus experiencias cercanas a la muerte -(ECM)- habían sentido la expansión de su consciencia y un viaje hacia un mundo espiritual liberador que, con posterioridad, explicaba con detalle José Miguel Gaona, conocido Doctor en Medicina y especialista en Psiquiatría Forense, habitual de la pequeña pantalla, en una exhaustiva entrevista.
Sin embargo lo que más me impactó fue la historia de Miguel Parrondo, que estuvo quince años en coma, de 1987 a 2002, y su despertar resultó ser como un sueño de unas horas sin más recuerdo. Se durmió con una Alemania dividida por el muro de Berlín y cuando abrió los ojos las dos partes eran ya una sola nación.
Me imaginé enseguida cómo sería el nuevo nacimiento de una persona, por cuya vida han pasado quince años, pero con la percepción de unas horas.
Lo primero que me planteé fue el choque emocional que supondría tan largo sueño. Por un momento me puse yo misma delante de un espejo, tratando de recordar cada uno de mis rasgos. Una vez memorizada mi fisonomía, cerré los ojos contando lentamente hasta quince como si por cada número me fuese avejentando. Despegué temerosamente mi mirada y pude contemplar una imagen más o menos envejecida, proyectada por mi cerebro frente a mí. Nada fácil, desde luego. Que la vida –o la muerte- te robe quince años de juventud tiene que ser descorazonador. ¿Cómo habituarse a nuestro nuevo físico? ¿A un nuevo entorno social y tecnológico? ¿A la desaparición de un mundo conocido?
En segundo lugar, otro aspecto del choque emocional al que se enfrenta “el dos veces nacido” es el de su entorno más íntimo. No sólo él y el mundo que conocía ha cambiado, sino también las personas de su círculo. Y puede que, incluso, algunos ya hayan muerto.
En tercer lugar dos choques que van de la mano; el tecnológico con su correspondiente reacción en el ánimo del “recién nacido”. Sólo con abrir una ventana se ve hasta qué punto el mundo se ha transformado. Nuestro protagonista dice literalmente: “Me dormí con las pesetas y desperté con los euros”. Y se preguntaba qué hacían las personas hablando solas por la calle. Nuevo desconcierto: el teléfono móvil. Serían innumerables los avances tecnológicos, desde la aparición de televisiones planas hasta la irrupción de internet en la vida cotidiana de la ciudadanía, como ejemplo de uno de los avances más rápidos en convertirse en la herramienta más completa y consolidada en la sociedad. El tiempo mengua en las comunicaciones y todo, absolutamente todo está en la red.
Creo que, haciendo balance, para volver a tener una segunda oportunidad, un segundo nacimiento es necesario estar bien rodeado y contar con un experto, porque no sería extraño que el superviviente a la muerte, no pudiera sobrevivir en la vida.

Lucía de Fraga.
 http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2015/12/07/autentico-regreso-futuro/1020996.html

sábado, 7 de noviembre de 2015

EL TRAGO DE LOS DESVENTURADOS

Un niño de rodillas sucias
atrapa insectos con una lata vacía.
Las manzanitas rojas ruedan eterna
y laberínticamente por los corredores.

Los golpes de latón te absorben por completo.
Te buscas y te buscas a ti mismo, a través
de sucesivas habitaciones con paredes
desangeladas sin espejos ni retratos.

“Tiene unos bonitos ojos negros” -¿La recuerdas?

Las paredes han dejado de estar desnudas:
Tu rostro estupefacto se repite por todas partes
junto a palomas crucificadas y máscaras de piel humana.
Has pasado de tu muestrario a ser la muestra de otro viajante.

Las manzanitas rojas ruedan como peonzas -¿Las sientes?

Antes de que grites de horror, y
proclames tu inocencia,
te amordazarán con papel manila
para que se ahogue tu bóveda de silbos.

Tu amantísima madre llora, corre, desgarrándose las manos entre jirones por las escaleras. -¿No oyes sus sollozos?
Por tus venas acordeonadas
un gusano se abre paso a tu cerebro.
Tus córneas se han vuelto abombados
cascarones de coleóptero. Nada volverás a ver.

“Tiene unos bonitos ojos negros” –Sí, ahora la recuerdas manoseada y obscena.

Permaneces en una estancia de mucosa
que respira por un lejano tragaluz y
parece devorarte. Todo tu cuerpo está
cosido ya con hilo de tanza.

El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.

Ancianos canosos te observan con una gigantesca
lente de aumento. Unos y otros se miran interrogantes,
estiran y retuercen sus polvorientas barbas,
preguntándose qué clase de ser eres.

La reiteración repugnante de tu yo supura un líquido negro.

Los entomólogos disponen sus instrumentos.
Los de ceñido traje negro franquean las puertas.
Por el ojo de una cerradura se cuelan las miradas
de la Señora Grubach y la Señorita Bürstner.

Ruido de canicas por las baldosas. Botones dorados. -¿Qué tiene su resplandor para hacerte llorar de esta manera? ¿A quién temes?

En las ventanas se ocupan de tu espectáculo
mutilador los ancianos, el hombre de la camisa
desabrochada y una crecimiento muchedumbre.
La falta de piedad es el auténtico fin de la Condición Humana.

Grete saca el último chillido de dolor al violín y se desvanece sobre una alfombra mugrienta. –El Conservatorio es pura ceniza.

La mano temblorosa de un octogenario
intenta proceder a la incisión de tu pecho enfermo.
Pero tus pulmones, abotargados, infectados,
llenos de sibilancias y pitidos, han estallado
desbordando un Cáliz de cucarachas, sangre y heces.

Qué vomitivo es el trago de los desventurados.

Ni la inocencia de los niños será contemplada. Ésa es la Ley.

Lucía de Fraga, en el Centenario de la publicación de "La Metamorfosis" de Franz Kafka, 27 de Octubre de 2015.

viernes, 11 de septiembre de 2015

PAPELES DE PABLO MÜLLER: Nostalgia del acero

Agradezco al Señor Müller su talento y su tiempo para detenerse en mis versos.
Lucía de Fraga.





La poesía de Lucia de Fraga es firme y sólida como el acero. Su voz metalúrgica se acerca decidida a los versos en Nostalgia del acero, Los libros del caracol, Follas Novas edicións, pagando el correspondiente precio de rabia y soledad “a la caricia del verdugo antes de dormir”.
Pero sólo los necios confunden precio y valor, rabia y sarcasmo.

Las “niñas rotas” se incorporan al “paraíso de los idiotas” desde un refugio del dolor: “desaforada”, “desnuda”, destrozada en busca del “descanso de la arena” tras el poema.


“…demando a dentelladas del pasado

lo que por derecho el tiempo me debe.”


La poesía de Lucia de Fraga abarca la necesaria identidad:

“Hace días que confundo las ventanas y los espejos,

porque ya no recuerdo haberme visto

en ninguna parte.”


y el control de la vida propia: “Cortar la baraja con mi mano de cuervo”, el control mediante el combate: “Yo he tenido un patio de armas dentro del cuarto de baño” y sus heridas: “la caricia heredada de la aguja”, “Las brújulas que corren por mi garganta”. Imágenes poderosas y rotundas, con un lenguaje exprimido para el asombro:

“Alumbraré al hijo fruto de la piedra”

La soledad y el castigo de los hoteles: “con la misma ternura que pondría una madre suicida.”, hoteles donde duerme un cuerpo castigado a ser cuna de las cicatrices del otro: mi cuerpo ha sido castigo, / cuna dulce de tus cicatrices,” “una mano tuya es una pezuña de cerdo” y “por eso un abrazo tuyo / es como de ángel con alas de cemento” pero ángel, vencido por el peso pero ángel.

Los hospitales y sus habitaciones de angustia: “No tengo más forma que la de un agujero.”, la estirpe: “los mitos y los padres jamás deberían caer.” El peso de la herencia de la familia:


“Me pesan todas las generaciones,

las pasadas y las que están por venir.”


Y la falta de esperanza:


“Mañana ya no será otro día,


sino uno menos”


Un necesario paso para iniciar la búsqueda de otra esperanza, aunque tenga otro nombre como metal, acero o carcajada.


Muchas gracias Lucia.













A Coruña, agosto de 2012 por Pablo Müller









sábado, 6 de junio de 2015

TEN PIEDAD ("Los Mejores Poemas de Amor", coord. Antonino Nieto, ed. Pigmalión, 2014)

TEN PIEDAD

Ten Piedad de mí.
Sólo soy la misma de siempre,
que reclama tu compasión
con una oración gastada.

Dame la Paz que nunca he tenido.
Ésa que siempre me ha esquivado,
aunque no soportes ya mis lamentos
y no sientas ningún tipo de conmiseración.

Tú, mi Dios en este mundo que se derrumba.
Dame ese último beso invisible
con el que cerrar los párpados de golpe
para ese día en el que todo acabe.

Mujeres y Hombres estaremos de nuevo
ante ese Dios que nos ofreció La Vida
y como incautos convertimos en Infierno.

Lucía de Fraga.



sábado, 16 de mayo de 2015

DE VEZ EN CUANDO Y DE TARDE EN TARDE

Lord Chandos -alter ego de Hugo von Hofmannsthal- en su carta a Bacon le contaba cómo había perdido la capacidad para escribir; no obstante, la carta era ya una muestra evidente de que, muy al contrario de su parecer, su talento estaba más vivo que nunca.
Bien, pues, en ocasiones, el total de las objetividades que vivimos parasitan nuestra mente hasta dejarla inútil o con esa sensación.
No pretendo hacer un estudio de la Carta de Lord Chandos, sino expresar grosso modo que tengo el cerebro marchito.
L. de Fraga

jueves, 16 de abril de 2015

"PLAY A NEW GAME"

 “PLAY A NEW GAME”

Estoy jodida como siempre, porque
no encuentro mi nombre in the Irish Poetry Review.
Pero vamos a inventar un nuevo juego,
donde yo soy la chica de ojos marrón.
Van Morrison toca la guitarra, mientras yo me columpio
como una aterrada Julia Roberts “Durmiendo con su enemigo”,
con unas piernas tan largas que puedo dar zancadas siderales
por el Orbe hasta Nunca Jamás, perder hasta mi sombra,
la memoria y ofrecerte un beso por un dedal.

Estoy jodida como siempre, pero ¡vamos, chico!,
¡¡¡hay que disfrutar!!!
En este nuevo juego las lágrimas son aceite que
encienden las lámparas de los corredores
de la oscura casa de Vincent Price.
En el museo de cera no nos reconocerán,
ni vendrá el viejo Edwards a enseñarnos El origen del mundo;
nadie hablará de nuevos tiempos para el amor,
cuando Gabo y el Cólera empezaron a flotar.

Estoy jodida como siempre, pero vamos a jugar.
Enciende la radio que ¡¡¡la carretera es nuestra!!!
Y no importa si nos matamos contra un muro de nostalgia.
Somos mucho más que “Dos en la carretera”,
Porque no tenemos código de honor.
Nuestras normas las dictó en la selva un mono loco
que cantó una canción de cuna junto a un niño desnudo
al que confundieron con Dios.
Y Dios vino de las basuras para decirme:
“!Ey, nena, estás jodida, pero hay que disfrutar!”.

Tú no eres la chica de los ojos marrones, eres Lucy in the Sky
with Diamonds y Kaleidoskopics Eyes.

Lucía de Fraga.

domingo, 12 de abril de 2015

EL RASTRO II


EL RASTRO


Oscuridad tubular y silenciosa.
(Algo huele a podrido...)
Te precipitas hacia la nada.
Pastilla sublingual y un cráneo en la mano.
(¡Ay!, Pobre Yorick)
Músculos de acero en tensión.
Los perros vendrán esta noche.

Quieta. Déjalo todo tal cual.
(¿Qué se hicieron de tus burlas, tus brincos, tus cantares..)
Alprazolán que amarga tu lengua.
Sabor a Angustia disuelta en la boca.
(¡Ay!, Pobre Yorick)
“Señor, ten Piedad; Cristo, ten Piedad”
Alejad este Cáliz de mi boca.

Las ventanas tiemblan de dolor
( ...y aquellos chistes que animaban la mesa con estrépito?)
entre gemidos de cristal y aluminio.
Atenta: Llantos, llantos y llantos.
(Algo huele a podrido...)
No veré otra madrugada...
Tus verdugos se acercan.

Vuela y abandona esta Tierra Desterrada.
(¡Ay!, mi Pobre Yórick)
Nadie te echará en falta.
Es la hora: Véncete o Libérate,
(Ahora, falto ya de músculos,...
hasta que pierdan tu rastro.
Has dejado Huellas por todas partes.
...ni puedes reírte de tu propia deformidad)

Efectivamente, algo huele a podrido: Dinamarca o Tú.


LUCÍA DE FRAGA

jueves, 2 de abril de 2015

CASTIGADOS, NO CONDENADOS. (Nota de Prensa)

"LA PRIMERA VEZ ...QUE NO PERDÍ EL ALMA, ENCONTRÉ EL SEXO"
(Antonino Nieto coord., Editorial Sial Pigmalión, Madrid: 2015)

Toda mi gratitud a Antonino que sigue confiando en mí en estas aventuras líricas.



http://ocio.laopinioncoruna.es/agenda/noticias/nws-399570-la-apertura-erotismo-traves-literatura.html

jueves, 26 de marzo de 2015

MUCHACHITO

Tengo unas piernas preciosas
y me encanta sentir  cómo
me las recorren los taxis de New York:

Muchachito petulante, dime de qué vas
y te mandaré a la mierda.

(Lucía de Fraga)



domingo, 15 de febrero de 2015

EN CANAL ("Las esferas celestes", 2014, Polibea)


LA línea divisoria deja un enlace de sangre.
Blanco de hospital, verde de guerrilla.
Alcance en movimiento de la glotis al pubis.
Luces halógenas cuartean la córnea quemada.

Susurros de vademecum, inmovilidad de correas.
Miles de telarañas mugrientas sobre los ojos.
Un cubo que derrocha entrañas aún despiertas.
Blanco aséptico, verde de mono verde.

Cuerpo lívido delimitado por la delgada línea roja.
Espasmos de cine mudo. Gritos del Music-Hall.
Sábana Santa que cubre el cuerpo y una Verónica llorosa.
Ahoga mis estertores. Bórrame la mueca. Bájame los
[párpados.

Blanco acolchado de catre verde terciopelo.
Belleza desnuda y muerta en la mesa de operaciones.
y yo me sobrevuelo partida en dos dentro del cemento.





Lucía de Fraga.

martes, 3 de febrero de 2015

AMÉN

Al final del camino no mires a los resentidos que te han dejado sola.
Honesta es mi culpa y mi Derecho: Ser Diferente.
Así quiero morir.
....

CONCLUSIÓN FINAL:
"Ser Diferente" exige un sacrificio de autoinmolación inducida.

(Lucía de Fraga)




PARA NOSTÁLGICOS DE AQUELLA "Nostalgia del Acero" (Follas Novas, 2006)


 
EL ASESINATO



Yo aprendí a hablar con una piedra en la boca,

cuando el mundo era un eterno desfile por brazos desconocidos

y las almas se deshacían dentro de puños violentos.

Me acostumbré al silencio y a la hipnosis de los relojes.

A la caricia del verdugo antes de dormir.



Del hacha comprendí

que las heridas más dolorosas no se abren en la carne.

Y aunque mi grito se fue haciendo anónimo,

cuanto más crecía,

más eran las manos que cercaban mi cuello.



Comencé a caminar de noche,

convencida de que la sombra era un escondite para ciegos.

Di mis primeros pasos a oscuras

y mis primeras palabras fueron para el reflejo de una ventana.

Pero un día me escapé y corrí hacia el sol.



Dicen que hay niños que traen un pan debajo del brazo.



A mi me robaron el pan:

yen su lugar

puse un cuchillo.

lunes, 29 de diciembre de 2014

"EUROPA ANTE SÍ MISMA" DE J. C. COUCEIRO-BUENO. MIRADA RETROSPECTIVA

EUROPA ANTE SÍ MISMA

(J.C. COUCEIRO-BUENO, Biblioteca Nueva, 2010).

Escrito el 29 de marzo de 2010


Tratando de descubrir cuál es esa doncella fenicia que Zeus raptó transformado en toro, suena a lo lejos, más allá de mi ventana, unos veros alemanes que dicen “O Freunde, nicht diese Töne” y mi cuerpo se estremece al volver a escuchar el Himno a la Alegría, que se dispersa y crece en cuellos y voces. ¡Corre, corre!, Bella Europa, no seas cautiva del dios lascivo.

Todo permanece en calma ahora. La otra Europa, peina sus cabellos y se desnuda ante el gran espejo del mundo, contemplando su cuerpo cuajada de pueblos y naciones en un devenir de razas y religiones, porque Europa es ajena a sí misma; quitémosle la venda de los ojos y que su cuerpo hable con su cuerpo, que se descubra a sí misma en un monólogo interno y recuerde el pasado. Ha de mirarse a sí misma para poder verse en el “otro” del que se nutre o si no, el desnudo delante del gran espejo del mundo sólo descubrirá su amarga calavera y, entre “un ser y no ser”, será suyo y no del pobre Yorik el cráneo que sustente, acuciada por el péndulo del vil metal del capitalismo que se cierne sobre su cabeza como una guillotina presta a soltar la cuerda.

La mirada en el “otro”, la aceptación como propia de la radical diferencia y la influencia oriental son el antídoto contra la disolución de una Europa madre de la Filosofía. Hermana, esposa y amante, en su papel de madre guarda el gran legado sin el cual estaríamos ante su ocaso. Europa ha de ratificar las cualidades que la determinan frente a su propia existencia. La mirada del “otro” no es impasible, sino que interactúa con los ojos de nuestro continente y, desde la distancia, le hacen tomar autocrítica.

Poetas, músicos, escultores, pintores, arquitectos que se alcen de sus ennegrecidas tumbas y entonen el verso de la novena de Beethoven “O Freunde, nicht diese Töne”. Como el sordo maestro triunfó en su estreno y vibró el teatro en su día, que la voz de la Bella Europa ahuyente al lascivo toro plutócrata e inhóspito.
Lucía de Fraga

martes, 23 de diciembre de 2014

PORQUE NO ME DA LA GANA

La niña no tiene cinco, sino 35.
Se fue la Niña.

La adolescente deprimida ya no tiene quince, sino 35.
Se fue la Adolescente.

La universitaria brillante y bebible ya no tiene 25, sino 35.
Hace mucho que es Licenciada.

La mujer tiene 35 y, papá-mamá, ya no soy Pequeña.

Tengo 35 años y YO DECIDO, YO ELIJO, YO ME EQUIVOCO.
Y se acabaron las explicaciones porque no me da la gana.

(Y PORQUE YA ERA HORA, JODER)

domingo, 7 de diciembre de 2014

NUNCA SUPE BAILAR

NUNCA SUPE BAILAR


En el servicio de señoritas acecha siempre el reclamo.
El ruido retumba en las paredes de un váter húmedo y
sucio
por el que te deshaces del alma entre restos de papel
higiénico,
compresas usadas, nombres de chicas que han grabado sus
secretos y su amor en una puerta que ya no cierra.

Las chicas de labios carnosos reinventan sus bocas ante
el espejo.
Salpican su sonrisa en un minúsculo lavabo e interpretan
frente al cristal
sus poses, sus gestos, sus miradas... Toda una puesta en
escena:

Remilgado erotismo que se les cuela por el escote
como gotas
de sudor perfumado y la consabida promesa del “tipo
sin intenciones”.

Parejas accidentales desfilan hacia un rincón.
La mano aturdida sujeta una copa ya aguada,
te ciegan las luces brillantes dentro de Esferas Celestes.
¡Ey, chica, despierta! ¿Eres una mujer o una urraca?
Tacones torcidos, bocas clausuradas...
Princesa, cuidado...—

Nadie coge tu mano. Nadie ciñe tu cintura.
¿Qué más da? “Dice mucho quien dice noche”
Al fin y al cabo, yo no sé bailar...
Muñeca, todo caduca...—
No sé ponerme a tiro ni sonreír ortopédicamente a un
galán de noche” que no sabe ni colocarse la chaqueta.
Eso, vete airada y divinamente al más puro estilo Garbo.

Todos te temen, aunque tú te temas mucho más.
El tiempo no se obstina ni la mitad que usted, Señorita.
Y vuelves otra vez a lo mismo. Te quedas de espectadora
la vida te pasa por delante, porque siempre cedes el
asiento.
Toda la vida han existido chicas guapas y chicas feas.

Yo soy...
No. Era.
¿Qué importa?
Si nunca supe bailar.


Lucía de Fraga.

domingo, 30 de noviembre de 2014

LA ÚLTIMA VIRGEN


LA ÚLTIMA VIRGEN

Sobre una inmensa pira funeraria
descansa tu lívido cuerpo.
¿Quién se atreverá a prender
la primera llama?

Qué extraño tálamo escogiste;
qué extraña es tu vocación de mártir.
Desconozco la naturaleza de tu ser
y no sé si debo llorarte o temerte.

Las ramas verdes arden mal;
imagínate, entonces, cómo lo harás tú.
Las llamas de mil lenguas lamen
tus ingles llenas de solemnidad.

¡Silencio! Has volcado el tablero
y con él la dirección de tu destino.
La Carne -tu Carne, vuestra Carne-
ya mezcla tu veneno con su semen.

No hay más fuego que el que arde en tus entrañas.
Descarga sobre él todas las miserias.
Qué abierta es tu sonrisa.
Qué sonoras tus carcajadas.

¿Dónde has encontrado más placer?
Eres, Tú, el pecado y la penitencia.


A los castigados a la castidad.
Lucía de Fraga.


miércoles, 29 de octubre de 2014

SOBRE TU CADÁVER


SOBRE TU CADÁVER

La noche se vela como un viejo carrete.
Ya no podré encontrarte en ningún negativo.
Todos arden con la luz de una luna rojiza
que advierte del contenido regreso del deseo.

No me queda más remedio que añadir
tu nombre a la lista de “aquello que no fue”.
Pero esta madrugada húmeda,
todo se convierte en papel mojado.

Te pienso, te pienso, porque no puedo recordar.
Es en la memoria donde habita lo real pretérito
y no tengo constancia de haberte vivido.
Algo va a ocurrir- sentencia el barómetro.

Te pienso y pienso en las unidades
sucesivas de hombres que no amé.
Tonta o cobarde. Ya no importa.
Me abriré en canal, quejido del Universo,

para recibirte de Gracia plena
con la solemnidad de un violado Sacramento.
Estás en mi lista, ¿lo sabes?,
aunque el papel siga mojado.

Qué extraña humedad empaña mi carne.
No tengo manos suficientes
para ocultar este secreto a gritos,
esta vergüenza primera que deja cercos

y charcos sobre los que saltar
antes de que me pinche el dedo con la rueca.
Sí, no te quiero, por eso estás muerto.
Qué gratificante es hundir la yema

hasta el fondo y sentir el latido
sanguíneo hasta la extenuación.
Prepárate, porque hoy pienso
hacerlo sobre tu cadáver.

Llevaré protección, querido:
Contigo lo voy a hacer sin amor.

Lucía de Fraga, poeta.

Pintura: "La Trombe", Gustav Courbet.