martes, 6 de diciembre de 2011

EL MIEDO EN EL CUERPO

Dicen que el miedo es libre,
aunque en sus manos sufras una condena.
El tiempo sólo pasa para el viejo reloj del pasillo
que con cada sonido de campana
te hiela un poco más, sueñes o tan sólo pienses.

Se instala en tus huesos un gusano repugnante
que construye verjas y barrotes de tu propia sangre.
Todas las salidas están cerradas;
ni un sólo semáforo en verde;
se acabaron las plazas vacantes.

El zumbido en las orejas, los ojos cerrados,
miles de latidos te golpean las sienes.
Caminas a oscuras con el abismo bajo los pies.
Estás solo:
No, el miedo te acompaña.

Lucía de Fraga.





1 comentario:

  1. nunca había visto el miedo de esta manera tan estática .... nunca lo he sentido así .... bueno, nunca me habían hecho sentirlo así jajajaja
    un saludo

    ResponderEliminar