lunes, 23 de enero de 2012

¿DÓNDE ESTOY Y QUIÉN SOY?

Me despierto entre lágrimas
sin saber muy bien en qué cama estoy.
No sé si soy una fulana
o una monja recluída en su celda.
Sólo siento que día a día muero un poco más.

De ser una zorra de alto-standing,
me pasearía en coche oscuro hacia el Holiday Inn.
Me forraría de lencería de gata nocturna,
reiría con los labios de rouge rodeada de "caballeros"
e impresa, en mi copa de Moët & Chandon, certificaría mi boca.

Si acaso, fuere Dios quien me llamare,
mutilaría mi cuerpo por no alimentar el pecado.
Cambiaría mi anatomía nocturna,
por carne de Santa e Inmaculada Perfección.
Libre, al fin, de los terrores humanos.

Pero ni soy una puta ni una monja.
Sólo soy esa maqueta inacabada de Dios;
esa mujer encerrada entre cuatro paredes;
esa belleza que se agota en sí misma cada día
y, nostálgicamente, se hunde en la tierra del olvido.

Lucía de Fraga.

sábado, 14 de enero de 2012

LUNA DE SANGRE

("Luna de Sangre" es un poema-encargo para un proyecto con el poeta J. M. Vara sobre el miedo y la locura)

Me tapas los ojos, me cierras la boca.
Estoy atada de pies y manos,
víctima de tu locura, de mis pasiones primitivas.
Sólo siento la única humedad de esta cloaca
y a ti, en silencio, que respiras en mi cuello.

Deseo morir cada noche,
deseo que me mates antes de rendirme.
Que venga tu aullido de lobo y la luna se tiña de sangre,
pero no me dejes sola ni un momento más
que mi carne está sedienta y mi alma ausente.

La luna de sangre contempla el destino
que sólo unos cuerpos han de fijar.
Me da igual que me lleve el demonio,
que me condenen por todas las ventanas,
si el último beso nos arrastra a los dos.

L. de Fraga.

lunes, 9 de enero de 2012

POR QUÉ TE PREGUNTO

Ya sé todo lo que tengo que saber.
Pero no sé por qué te vuelvo a preguntar.
La vida me ha enseñado a apretar las mandíbulas,
siempre ahí,  al borde del andén,
cuando los trenes pasan demasiado cerca.

Lo que la vida se empeña en ocultar,
se muestra en ti con toda su crudeza.
Sólo soy lo que ves:
una extraña fugitiva con los ojos perdidos,
que busca la razón entre los locos.

Ya no sé nada por mucho que pregunte.
Nos separan todos los continentes
por mucho que intentemos volver al mar.
El mar donde un día fui sal y
tú callada caricia de viento.

¿Qué fue de ese tiempo salvaje que vivimos?

L. de Fraga.











jueves, 5 de enero de 2012

NUNCA SUPE BAILAR

En el servicio de señoritas retumbaba el reclamo.
Unas perfilaban sus labios carnosos,
otras, unas pocas, no sabíamos hacer sonreír
a los caballeros escondidos al otro lado del espejo.
Sólamente veíamos desfilar parejas accidentales.

La mano sujeta la copa aguada.
Te dejas cegar por las luces brillantes:
¿Eres una urraca o una mujer?
Zapatos de tacón torcidos, besos clausurados.
Sueños de princesa que caducan.

Nadie coge tu mano.
Nadie ciñe tu cintura.
¿Qué más me da?
Si, al fin y al cabo,
yo no sé bailar.

Adolecencia en trozos de comic,
juventud recortada de revistas viejas.
Hay chicas guapas y chicas feas.
¿Qué  importaba?
si nunca he sabido bailar.

L. de Fraga.

jueves, 29 de diciembre de 2011

A VER, PUÑETAS "EL ASESINATO EN YOUTUBE"

Lo sé, lo sé, soy medio lerda o lerda entera. Ahí va:
http://www.youtube.com/embed/5Z8whgVW59Q
Besos a todos,
L. de Fraga.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

GRACIAS A TODOS LOS QUE SEGUÍS ESTE BLOG. (Balance de año)

No esperéis que sea grandilocuente y audaz. Hoy no puedo. Simplemente, deseo agradecer a cada uno de vosotros (tanto como lo que me seguís "presencialmente" como aquellos que echáis un vistazo de vez en cuando) vuestra atención, vuestro tiempo, vuestro cariño y vuestro apoyo.
Evidentemente, la literatura es un fenómeno de la comunicación que se retroalimenta gracias a los lectores. No es que trate de dar un cursillo acelerado de "Comunicación", sino de devolveros ese enorme tesoro que me regaláis.
Todo escritor -bueno, malo, peor o regular- sabe que la literatura se hace a base de lectores y que vosotros sois los que, con vuestra mirada y vuestro tiempo, determináis la vida o la muerte de toda una obra o de un simple poema.
Muchas veces, creo que más de lo que yo misma me doy cuenta, me pregunto por qué escribo. Cuando era más joven una extraña ansia por autotrascenderme me pervertía la sangre en las venas, mientras que, hoy por hoy, he comprobado -y el tiempo me da la razón- que lo que me mueve es una sensación imperiosa por comunicarme y hacer sentir en el "otro" (vos-"otros") algo que todavía no atino a distinguir.
Se me ha pasado la edad de la "tontería" con aquellas pajas mentales de permanecer en el tiempo. No. No aspiro a ser eterna y a autotrascenderme. Sólo deseo que, cuando yo ya no esté aquí y nadie me recuerde, quizá le caiga uno de mis poemas en las manos a alguien y sin importarle la autoría, aunque sólo sea por un momento, esa persona, ese lector irreermplazable como todos los lectores -como cada uno de vosotros-, SIENTA.
Con todo mi respeto y agradecimiento,
Lucía de Fraga.
GRACIAS A VOSOTROS, CREO QUE SIGO VIVA.

ENTRE RAÍLES

Todas las noches cojo el mismo tren.
Ese maldito tren que nunca tiene paradas
y en el que el paisaje corre hacia atrás.
Me miro en el reflejo de la ventanilla
y dejo mis años pegados al cristal.

Aquí, en este maldito vagón sin pasajeros,
ningún revisor me pide el billete
que estrujo en el puño de la mano derecha.
Los túneles son eternos y el sueño, una venganza.
¿Por qué ésto no se para en ninguna parte?

Otra vez se me cuelan los ojos entre los raíles.
Sé que ya no volveré a casa,
que todos los campos están quemados,
que aquí abajo huele a muerto.

Joder, si esto es mi vida oculta,
cómo será el infierno.

L. de Fraga.