miércoles, 16 de junio de 2010

ALCOHOL Y BABAS (a todos los que tenéis una persona enferma a vuestro cargo)

Tengo que decirte,
Aunque sé que ya nunca me escuchas,
Que, a veces, mezclo pastillas con alcohol.

Es la única manera de sobreponerme
A verte calcetar con los dedos
Y llamarme “mamá”, cuando te doy de comer.

Cuando bebo, te recuerdo, madre,
Cómo me reñías por desaliñada
Y ahora eres tú, la que casi anda desnuda.

Voy detrás de ti, con la ropa, tu bata.
Y me preguntas: “Mamá, ¿cuándo llegamos a casa?”.
Me desmorono y me meto un viaje de Rexer Flash con ginebra.

“Ya hemos llegado, mi vida”.
Lástima que no te ponga de mala hostia
Mi olor a lágrimas y alcohol.

Ahora tengo una hija mayor que yo.
Y eso que pedía a Dios
Ser madre para que tú lo vieras.

Pero tú ya sólo ves
Imágenes de plata oxidada y algodón.
Mis niños serían destrozos de tu cerebro malherido
Con quien seguir calcetando chaquetitas
Con los dedos.

lunes, 14 de junio de 2010

TU ALIMENTO

Bebes de mi pecho, haciendo piruetas en espiral.
Mi seno es un pan tierno, de miga sin corteza,
Con un leve grumo de harina que se expande en mi piel
Cuando tu boca lo empieza a ensalivar.

Aletea tu lengua, sobre mi pezón, corrosco de pan
Y comen tus ganas de piel,
Mi piel blanca, mortal y rosa, antes de desfallecer.
Bebes de mi pecho el licor infame de la más efímera
Pura Belleza.

Te alimento al compás de mis caderas,
Mientras, tímidamente, buscas la deliciosa uva
Que se esconde entre mis piernas, diminuta y húmeda,
Que espera que tu lengua sepa descifrar sus signos extraños.

Nos devoramos.
Nos devoramos sin darnos tregua.
Y yo soy pubis, labios, pezón, espalda, lengua...
Y tú.
¿Qué eres tú?
El hambre a manos llenas.

sábado, 12 de junio de 2010

LA CASACA DEL PERDEDOR

Busco la ternura de tus manos
En medio de cien mil manos cortadas.
Cortadas en la batalla que barrió
Besos y cosió bocas con hilo de bramante.

Mi cuerpo se desnuda para ti
En un baile macabro
Cubierto el campo de cadáveres y sangre,
Mientras me embarro las piernas hasta la cintura.

Busco la ternura de tus manos
Seguidora de relieves familiares y
Visto la casaca del perdedor que
Cubre la mitad de mis senos ansiosos.

¿Dónde están tus manos cálidas,
suaves y cercanas que se hacían
cuencos de leche para contenerme?

Visto la casaca del perdedor
Y cegada en la noche que aún aulla
Las estrellas me enseñan el camino a casa
Donde quizá encuentre el calor de tus manos.

He visto tus manos.
He visto tu cuerpo.
Hasta seccionada la cabeza,
Tirada en una orilla.

He besado tus manos arrancadas
Y las he paseado por mi cuerpo.
Como antaño,
Como cuando estaban llenas de vida.

Pero ahora aúllo y lloro
Cercenándome los pechos
Que ya sin ti
No son más que unos gramos de carne inane.

Los perros lamerán mis heridas.
Las ratas se comerán tus miembros asesinados.
Pero ya nunca habrá dos manos
que se hagan cuencos
para contener mi alma.

jueves, 10 de junio de 2010

ME QUEDÉ DORMIDA

Me quedé dormida entre la hojarasca.
Tú viniste a acunar tu cabeza en mi corazón escondido
Y, poco a poco, colocaste tu mano traidora en mi seno virginal.
Lentamente, sentí pajarillos deslizarse bajo la pechera de mi vestido.

Me quedé dormida entre la hojarasca.
No viniste a despertarme, porque te daba frío.
Querías verme dormir, con mi pecho en tu mano.
Desabrochaste sin permiso la blusa de luz cegadora.

Y te emborrachó mi rosa de mañana
entre tanta piel blanca.
Acercaste tu boca para besar mi pezón rosado,
Creada de un material robado a los mismísimos dioses.

Me quedé dormida entre la hojarasca
Y te encontré como un niño llorando sobre mi vestido.
Un pecho al descubierto, en el otro, tu cabeza.
Llorabas al ver la hermosura de tu niña medio desnuda
Y el pecado de hacerme, sin querer, despertar a la Vida.

miércoles, 9 de junio de 2010

ME HACES ESTREMECER

Cuando las olas de mi espalda sueñan con mares furtivos
Y tú recorres con tu lengua mi columna hecha de carne, hueso y sal,
Un palpitar en mi vientre me invita a olvidarme de mí
Para sentirme enteramente tuya envuelta en un viento brutal que arrastra mi pelo.

Entonces, me haces estremecer.

Con una caricia que es aleteo de tu alma voladora
Rompes mis presillas mentales hechas de cristal de moralina.
Y me tocas, con mano diestra y sabia, el hueco más profundo de mi yo más desnudo,
Que atraviesa mi falda, dulces besos de enaguas, encima de la máquina de coser.

Entonces, me haces temblar.

Cuando acaricias mi pecho, amante amantísimo, por encima de mi ropa
Y, poco a poco, vas despertando mis pezones ansiosos de su sueño.
Me besas en los labios salados de mar, mientras vas descubriendo mis senos florecientes
Y siento la saliva de manantial de tu boca que no los deja de saborear.

Entonces, me haces estremecer.

Cuando mi cabello se vuelve salvaje entre tus dedos;
Cuando mis uñas arañan con placer sostenido tu espalda;
Cuando mis manos buscan tus formas familiares;
Cuando tu lengua se postra en espiral en lo bajo de mi pubis,

Entonces, me haces estremecer.

martes, 8 de junio de 2010

RECIÉN LEVANTADA

Aún no ha amanecido en mi mente.
Huelo a cama deshecha y a café.
Pero pienso en ti y, de pronto, amanezco
Con una bata fina que transparenta mis pezones.

El primer sorbo de café sabe a beso.
A ese beso pequeño que me das en la frente por las mañanas,
Mientras cuelas tus manos en el escote de mi bata,
Acariciando dulcemente mis pechos.

Entonces, dejo caer la bata y desayunamos
Labio, nalga, torso, pierna, mejilla y espalda.
Nunca es demasiado temprano para hacer el amor;
Al contrario, mis sentidos se despiertan de excitación.

Caemos rendidos en la cama, aún cuando
Tienes ganas de saborear mis pechos
Y acariciar con saliva mis muslos y
Vuelves a ponerte sobre mí, amazona castigada.

LA CHICA DE "EL LORO AZUL"

Es "Casablanca" en mi calendario de Fotogramas. Ilsa y Rick brindan con champán. Un penique por tus pensamientos. Ahora ya no soy más que la chica de "El Loro Azul". Te pondré un martini y hablaremos de los viejos tiempos. Ya ha acabado la guerra. Mis tristes gafas de colegiala y mi inocencia se perdieron la noche de los cristales rotos. Mi madre siempre dijo que acabaría como una cualquiera y aquí me tienes, bebiendo sola y con los labios mal pintados. Sólo me queda una maleta vacía, una pastilla de jabón y un montón de deudas. Atrás quedó la gran promesa del canto, la muchacha de brillante expediente y dorados cabellos. Dejé los recuerdos ahogados en una copa de whisky y me jugué a las dados la conciencia una noche que vinieron los alemanes a robarnos el confort de las sábanas blancas. ¿Tú qué has hecho durante todos estos años? Dijeron que habías muerto. Yo no lo creí. Sabía que un tipo listo como tú sabría salir de cualquier aprieto. Yo, poca cosa. Beber con los clientes y escribirte cartas a una dirección que siempre me las devolvía. La guerra hizo estragos entre los muchachos. Muchos murieron o quedaron mutilados. La sangre tiñó nuestras ventanas con cruces negras sobre las que picaban las palomas. Aún quedan restos de metralla en la pared y más de un alma con un balazo. Seguí contando las horas en el reloj que me dejaste antes de partir quién sabe adónde. Te recuerdo de pie junto a la barra. Ellos soñaban con un visado para Lisboa y tú con volarte la tapa de los sesos.
Los callejones se llenaron de maleantes. La gente sólo quería apostar y era capaz de vender hasta a su madre por un billete que diera el pistoletazo de salida. Pronto llegaron los soldados y más que un club, esto parecía su cuartel general. Me obligaron a acostarme con un oficial de mal aliento y zapatos brillantes. Me sequé las lágrimas con las cachas de mi revólver antes de desaparecer y apretar el
gatillo. Me perdí varios meses en los fumaderos de opio. Luego empecé a cantar en "El Loro Azul". Al principio, no bebía, pero con el tiempo y las noches sin dormir, empecé a tomar tequila contra el insomnio, aunque siempre amanecía en una nueva cama. Me harté de escupir sobre mi foto de niña. Sobre los amaneceres de café y galletas. Sobre “Romanza sin Palabras”. Sobre mis manos tocando en el viejo Gaveau. Ahora ya me ves; apenas canto, salvo cuando me emborracho. Pero siempre tengo tiempo para una copa más, porque soy la Chica de "El Loro Azul". Nadie sabe mi nombre, pero todo el mundo me conoce. Es lo bueno que tiene ser siempre una extranjera. Todo el mundo está de paso en Casablanca. Si quieres un visado, sé con quien hablar. Si quieres un poco de lo otro, también. Es mejor que pases tu tiempo en Blue Parrot. Cualquier chica con ganas de salir del país, te sacará a bailar y os divertiréis juntos. Haz el favor, cariño, no me preguntes nada. Dijimos "Sin preguntas", ¿recuerdas? Yo soy la chica de El loro Azul...