viernes, 20 de mayo de 2011
CARNE DESCARNADA
He visto mi cuerpo perdido entre otros cuerpos.
Fruto de libélulas y alimento de pájaros de ojos negros de alfiler.
Lo he visto envejecer y sangrar desolado.
Sus ojos son los ojos del ocaso.
Mi cuerpo es ya pasto de los gusanos.
Mi carne, tan blanca como las palomas,
Se ha vuelto parda y pútrida.
¿Dónde han escondido la juventud perdida?
Yo ya no sé cuál es su nombre,
Perdida y sola en mi sufrimiento.
He visto el pecho arrugado de una anciana.
El pecho seco y estéril de una madre muerta.
Perderé todos los hijos que no he tenido,
Porque mi vientre es agujero para cucarachas y saltamontes.
He perdido para siempre el fruto bendito.
Lucía de Fraga.
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Cómo esa imagen algunas personas tienen su alma, aunque externamente sus trajes luzcan limpios.
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