viernes, 18 de febrero de 2011

NO HAY NADA


No hay nada. Sólo ese silencio que precede a las tragedias.
Yo dibujo niños ahorcados a los 3 años.
No hay nada. Sólo silencio.
¿Acaso se le puede pedir algo a la vida?
Sólo que nos dejen en paz camino del último día.
No hay nada. Sólo silencio.
El silencio de los mataderos.
El silencio de los velatorios de cuerpo presente.
La ruina del yo contra el otro
En un mutismo revelador de que realmente
No ha vida más allá de los cordones de nuestros zapatos.

Somos soledades compartidas
Que tienden a intoxicarse de un yo
Que no es más que el reflejo de un muerto en el espejo,
Porque ya hemos sido,
Ya no somos
Y el juego de alteridad
No es más que otra necesidad del hombre
Para sentirse menos solo.
No hay nada. Sólo silencio.
Alteridad,
Asesinos del ego
En el buen nombre del otro
Que creemos que nos ocupa.
Figura sobre fondo.
Animales furibundos en busca
De una carne ajena que devorar.
No hay nada. Sólo silencio.
La commedia é finita.
Que los bailarines se quiten sus máscaras
Y clavemos un cuchillo en nuestro brazo....

Veremos cómo la sangre no ha de ser de Otro.

sábado, 12 de febrero de 2011

HÁBITOS MALDITOS




Ahora que siento el letargo tras el derrumbe,
quiero caer en un sueño hipnótico
donde las agujas del reloj no sepan girar.
Enciendo un cigarrillo
y me hundo en el humo que huele
a asfalto y depresión.
Hay pocas cosas que cambiar.
Tal vez ninguna.
El talento es el mayor delito del ser humano.
La belleza crea dependencia,
el horror, hábito.

domingo, 6 de febrero de 2011

EL VIEJO TOCADISCOS


Una mujer duerme.
En un viejo pick-up suena la voz desgarradora de la Piaf.
Copas por el suelo y restos de whisky delatan al sueño que la cubre.
En ropa interior y las medias caídas entre los muslos
Ella sueña con volver a la tierra y al hogar.

La envuelve el calor de una antigua estufa de la pensión
Que hace flotar como pompas de jabón sus sueños de muñeca rota.
El “rouge” de sus labios se ha movido de su boca;
Beso borroso contra la ventilla acosada por las despedidas y la lluvia.
Tan sólo duerme. Sus labios están cerrados para otras bocas.

Suena el disco de la Piaf rayado, repitiendo la palabra “Amour”,
Picoteo de un pájaro con el corazón a punto de ser atravesado.
Lejos queda el humo del cabaret y los brindis con borrachos lascivos con dinero.
Su voz se alza por encima del vocería con una triste canción alemana.
Sólo el diablo abriría la boca, entonces.
Volverá a la tierra y al hogar, descalza y con los pies ensangrentados.

L. Fraga

martes, 1 de febrero de 2011

NO ME PREGUNTES


No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Cómo dejamos de ser dos niños desnudos a la orilla del mar
Y cómo las piedras blancas en los bolsillos eran nuestra moneda.
Soñábamos con despertar abrazados en un mundo sólo para nosotros,
Donde el agua era más clara y bebíamos con las manos llenas de inocencia.

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Nunca descubrimos el tesoro escondido en la arena
Ni fuimos más que grumetes a las órdenes del sol.
Recuerdo cómo nuestros cuerpos iban cambiando
Sin que nada oscureciera nuestros ingenuos desnudos...

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Quién robó la esencia de nuestra infancia indiferente al mundo.
Noto el roce de tu barba incipiente y el camino que llevaba a mis pechos de niña.
Nos traicionaron por un universo corrupto que intoxicó las flores y el mar.
Nos quedaron tantas preguntas por hacer...

No me preguntes cómo nos hicimos mayores.
Ahora que duermes serenamente
Sé que las preguntas las creamos nosotros
En una mezcla de hombre y mujer diminutos
Que ahora buscan sus cuerpos desnudos en la cama
En una vuelta a ser niños.
L. Fraga.

jueves, 27 de enero de 2011

EL TÚNEL


Adormecida por el humo de los coches
Y deslumbrada por sus faros,
Me he quedado aquí aferrada a una pared de sudor.
Mis ojos viajan por las esferas celestes
Y me dejo acariciar con su música divina como un perro dormido.
Atrás he dejado mi rostro de mujer,
Porque soy la tenebrosa sombra que proyectan las luces amarillas del túnel.
Amarillo celofán, amarillo de luz pintada.
Envuelta estoy en amarillo como una flor a punto de marchitarse.
Me ahogo en este submundo de cloacas, ratas y aceite de coche.
El largo silencio que conduce al amanecer de los motores.
Soy una indigente que pide con un vaso de plástico en la mano
Entre coches que me serpentean y me evitan como a una leprosa.
Soy la mujer de la luz amarilla, vestida de agua y celofán
Entre las galerías de humo y los espejos retrovisores.
Soy la mujer que acecha en el túnel.

L. Fraga.

miércoles, 26 de enero de 2011

martes, 25 de enero de 2011

LA VIEJA ESTACIÓN


Viejos trozos de vías oxidadas y carteles desfasados
Cubren la vieja estación.
Donde fuimos niños y nos amamos más tarde entre piedras y leños.
El cartel del lugar lo borró la corrosión del tiempo y nuestra imaginación,
Pero aún quedan letras que se resisten a desaparecer.
En la vieja estación jugábamos a lo prohibido
entre vagones de gomaespuma reventados.
Asientos del diablo que se clavaban como cadenas sobre mi espalda.
Ahora que ya no somos unos críos nos hemos vuelto acomodaticios.
Las historias de amor ya no se hilan en literas de destruida primera clase.
Sólo los besos han quedado marcados en rouge por las ventanillas.
Los otros los perdimos jugando a volver a la vieja Estación.

L. Fraga.