viernes, 10 de octubre de 2014

LA BAYETA

LA BAYETA

Boca en meditada suspensión.
Ojos penetrados por la mística lumbre.
Boca muda que no dice ni sabe.
Niña expectante que nada espera.

Boca boba de pez muerto
que aún flota en la orilla.
El índice marca los ritmos
sobre unos labios que levitan.

Qué triste es la noche que acopla
al cóncavo con la conversa.
¿Tu boca o mi boca?
Nada querrás saber de ellas.

Sólo pensarás en morder y mutilar,
cuando sientas dentro de la tuya,
entre asco y una extraña inquietud,
el sucio tacto de su húmeda bayeta.

Corte en seco. De raíz. Sin miramientos.
Nunca tuviste los labios tan rojos
ni aspecto tan triunfante:
un Beso por otro.

Lucía de Fraga.

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