en Manhattan en la esquina de la calle 52
con Lexington Avenue.
Dicen que las señoritas deben mantener
a raya sus impertinentes vestidos vaporosos.
Ella no sintió ningún tipo de vergüenza,
sino la exuberante sensación del aire
entre las gasas indomables y sus piernas
que descubrían el secreto mejor guardado:
blanquísima insinuación de imaginar lo oculto.
Una mujer sola bebe whisky de Malta
en un "drugstore" de veladas luces de neón.
Echa monedas en la máquina de discos
y se escucha una y otra vez "Begin the beguine".
Ella se mece y tararea despeinada con la copa en la mano.
No sintió pudor, porque el deseo
es una reacción inocente ligada a la Naturaleza.
Sueña, sueña en su danza de alcohol,
descalza y ajena a las miradas volcánicas que despierta.
Cariño, ¿un dólar por un beso?
¡No, no me digas que has muerto!
Tenías planes de futuro e ilusión en la vida.
Muerta en extrañas circunstancias de espías y mafia .
Tenías la sangre limpia y el corazón exultante.
El asesino está fuera, pero no lo encontrarán.
Nadie encuentra a quien no desea aparecer.
Siento una trágica nostalgia y un dolor que me atraviesa
por lo que pudiste ser y no te dejaron,
por lo que realmente eras y querían ocultar.
Sólo querían a la rubia que rezumaba sexo en la pantalla.
Tal vez sea cierto;
sí, soy un cinéfilo, un vulgar soñador de celuloide.
Pero tú eres real como tus lágrimas silenciosas,
real como toda mujer, pero tú serás Luz Eterna.
Siempre hay fundido -y una fulminada- en negro.
¡¡¡HORROR!!!
ResponderEliminarHe escrito "Muerta en extrañas condiciones. CORREGIDO: "MUERTA EN EXTRAÑAS CIRCUNSTANCIAS".
Disculpas.