domingo, 18 de diciembre de 2011

NI TÚ NI YO NI LOS DEMÁS

No recuerdo cuándo empezó nuestra historia.
Un abismo nos separaba
y tú ni te dabas cuenta.
Puede que yo tampoco lo supiera,
pero la película ya estaba empezada.

Yo siempre me sentaba en la última fila
y tú calculabas minuciosamente en la palestra
el tiempo que mi mente permanecía ausente
con la mirada perdida hacia aquella ventana
por la que creía que podía escapar.

Ni tú ni yo ni los demás;
Nadie. Nadie sospechó jamás
que yo lloraba en la última butaca.
Que me maquillaba a escondidas
para que mi rostro desencajado no desentonase.

El tiempo nos ha demostrado que la famosa ventana
era un escondite en medio de un desierto de hielo.
Ni tú ni yo ni los demás. Nadie, nadie nunca sospechó:
"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos".
Nadie. Nadie lo sabe: ¿con quién volaré rumbo a Lisboa?

L. de Fraga.



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