Ahora que siento el letargo tras el derrumbe,
quiero caer en un sueño hipnótico
donde las agujas del reloj no sepan girar.
Enciendo un cigarrillo
y me hundo en el humo que huele
a asfalto y depresión.
Hay pocas cosas que cambiar.
Tal vez ninguna.
El talento es el mayor delito del ser humano.
La belleza crea dependencia,
el horror, hábito.
Siempre hay más que belleza en tus poemas. Enhorabuena
ResponderEliminarMuy buen poema, como muchos de los que he ido leyendo.
ResponderEliminarGracias por compartir.