martes, 8 de junio de 2010

RECIÉN LEVANTADA

Aún no ha amanecido en mi mente.
Huelo a cama deshecha y a café.
Pero pienso en ti y, de pronto, amanezco
Con una bata fina que transparenta mis pezones.

El primer sorbo de café sabe a beso.
A ese beso pequeño que me das en la frente por las mañanas,
Mientras cuelas tus manos en el escote de mi bata,
Acariciando dulcemente mis pechos.

Entonces, dejo caer la bata y desayunamos
Labio, nalga, torso, pierna, mejilla y espalda.
Nunca es demasiado temprano para hacer el amor;
Al contrario, mis sentidos se despiertan de excitación.

Caemos rendidos en la cama, aún cuando
Tienes ganas de saborear mis pechos
Y acariciar con saliva mis muslos y
Vuelves a ponerte sobre mí, amazona castigada.

LA CHICA DE "EL LORO AZUL"

Es "Casablanca" en mi calendario de Fotogramas. Ilsa y Rick brindan con champán. Un penique por tus pensamientos. Ahora ya no soy más que la chica de "El Loro Azul". Te pondré un martini y hablaremos de los viejos tiempos. Ya ha acabado la guerra. Mis tristes gafas de colegiala y mi inocencia se perdieron la noche de los cristales rotos. Mi madre siempre dijo que acabaría como una cualquiera y aquí me tienes, bebiendo sola y con los labios mal pintados. Sólo me queda una maleta vacía, una pastilla de jabón y un montón de deudas. Atrás quedó la gran promesa del canto, la muchacha de brillante expediente y dorados cabellos. Dejé los recuerdos ahogados en una copa de whisky y me jugué a las dados la conciencia una noche que vinieron los alemanes a robarnos el confort de las sábanas blancas. ¿Tú qué has hecho durante todos estos años? Dijeron que habías muerto. Yo no lo creí. Sabía que un tipo listo como tú sabría salir de cualquier aprieto. Yo, poca cosa. Beber con los clientes y escribirte cartas a una dirección que siempre me las devolvía. La guerra hizo estragos entre los muchachos. Muchos murieron o quedaron mutilados. La sangre tiñó nuestras ventanas con cruces negras sobre las que picaban las palomas. Aún quedan restos de metralla en la pared y más de un alma con un balazo. Seguí contando las horas en el reloj que me dejaste antes de partir quién sabe adónde. Te recuerdo de pie junto a la barra. Ellos soñaban con un visado para Lisboa y tú con volarte la tapa de los sesos.
Los callejones se llenaron de maleantes. La gente sólo quería apostar y era capaz de vender hasta a su madre por un billete que diera el pistoletazo de salida. Pronto llegaron los soldados y más que un club, esto parecía su cuartel general. Me obligaron a acostarme con un oficial de mal aliento y zapatos brillantes. Me sequé las lágrimas con las cachas de mi revólver antes de desaparecer y apretar el
gatillo. Me perdí varios meses en los fumaderos de opio. Luego empecé a cantar en "El Loro Azul". Al principio, no bebía, pero con el tiempo y las noches sin dormir, empecé a tomar tequila contra el insomnio, aunque siempre amanecía en una nueva cama. Me harté de escupir sobre mi foto de niña. Sobre los amaneceres de café y galletas. Sobre “Romanza sin Palabras”. Sobre mis manos tocando en el viejo Gaveau. Ahora ya me ves; apenas canto, salvo cuando me emborracho. Pero siempre tengo tiempo para una copa más, porque soy la Chica de "El Loro Azul". Nadie sabe mi nombre, pero todo el mundo me conoce. Es lo bueno que tiene ser siempre una extranjera. Todo el mundo está de paso en Casablanca. Si quieres un visado, sé con quien hablar. Si quieres un poco de lo otro, también. Es mejor que pases tu tiempo en Blue Parrot. Cualquier chica con ganas de salir del país, te sacará a bailar y os divertiréis juntos. Haz el favor, cariño, no me preguntes nada. Dijimos "Sin preguntas", ¿recuerdas? Yo soy la chica de El loro Azul...

lunes, 7 de junio de 2010

TU FORMA DE MIRARME

Tus ojos, cuando me acuesto a tu lado
Son un dulce cubrirse de las arenas calientes
De ésta, tu playa desnuda, que esconde sus misterios
Para que no me dejes de observar como un cazador a su presa.

Ésa es tu forma de mirarme.

Tus ojos, cuando me desvisto
Llenan de abundancia mis pechos latientes
Que se empeñan en ser acariciados
En una cita a la que los dos siempre llegamos ya tarde.

Ésa es tu forma de mirarme.

Mi espalda en arco; tus piernas, un ancla varada.
Y aún miras más de reojo mi cuerpo en un alambre de niebla.
Mis pechos dormidos, se escabullen entre tus manos
De niño pequeño que no quiere dejar de jugar.

Y todavía me sigues con tus ojos,
y tu forma de mirarme.

Tu lengua se desliza muy suavemente entre mis ingles,
Que sudan jugo de hembra salvaje que desea
Besos húmedos en la boca y caricias prohibitivas,
Para que una lluvia de saliva caiga a raudales
Sobre dos cuerpos que están a las puertas de la muerte.

Y tu mirada sigue aún ahí.

Tu mirada y tus ojos benditos, lascivos, dulces, salvajes, tiernos,
Bárbaros, mágicos, dolientes, excitados, tristes...
Hechos para ver piel,
llenan de una luz menuda y divina los huecos de nuestros pechos,
donde se acurrucan unos templados corazones que tiritan.

Me pones en pie,
Me miras frente a frente, (sé que me examinas).
Me besas los labios con pureza infantil
Y en un jadeo
Se te escapa
un inconsciente “Te quiero”.

sábado, 5 de junio de 2010

QUIERO HACER EL AMOR CONTIGO

Quiero hacer el amor contigo esta noche.
Esta noche que me siento hembra fértil
Y que mis sentidos despiden aromas de un sexo
Perfumado por flores y frutos salvajes.

El deseo destila su licor en mi boca
Y hace que mis senos nazcan como
Se abren las flores en primavera
Con un beso en los labios húmedo y caliente.

Quiero hacer el amor contigo esta noche.
Me siento febril, al temblar de deseo
Y busco tus manos sabias que saben leer
El lenguaje que excita mis pechos.

El deseo destila su licor en mi boca
Y cae a raudales hasta llegar al hueco floreciente
De mi yo más íntimo, donde la humedad
Es el único lenguaje que entienden las lenguas.

Quiero hacer el amor contigo esta noche.
Que mis pezones sean racimos de uvas
Que vas comiendo y lamiendo una a una
Hasta que mis pechos queden como piedras.

El deseo destila su licor en mi boca
Y me impele a ir hacia ti, haciendo añico la ropa
para mostrarte mi desnudez más pura
Y que me tomes entre tus brazos infinitos.

Quiero hacer el amor contigo esta noche.
Que me ensalives mis tiernos pezones sonrosados,
Que acaricies mi sexo fresco y aromático,
Que beses mis axilas suaves de madrugada.

El deseo destila su licor en mi boca.
Necesito sentirte excitado en mi piel,
Notarte contra mi pubis, pradera blanca
Y escucharte al oído tus gemidos, tus jadeos...

Quiero hacer el amor contigo esta noche.
Que no quede ni un poro de mí por explorar.

Te espero acariciándome el nombre del pecado
Y ronroneando con mis pechos desnudos danzando

LA DESILUSIÓN METAFÍSICA (E. DORCESCU)

El tema (más precisamente – el arqui-tema) de la poesía (y, tambien, de la prosa) de Lucía Fraga Rodríguez es la negación. La negación no como concepto, por supuesto, sino como actitud existencial, como programa estetica y como estilo. Por lo tanto, este tema no es un estado de ánimo, sino una energía.
El campo (la sustancia) sobre el cual actúa esta energía, esta fuerza, es el ser (el ser humano), su situación ontologica, en general, mas, sobre todo, su situación en la contemporaneidad. El ser se muestra un no-ser (“Yo caía en un vacío constante que me dejaba prácticamente inconsciente. Mi figura, el tallo de una flor a punto de romperse. Mi ser un no-ser en expansión... “ ) y, en consecuencia, su vida ya no es un sueño (Calderón), sino una pesadilla. Y su leguaje – un delirio, Cuadros tenebrosos, el cultivo doloroso y vano del cuerpo (“Yo, ser humano sin alma. Todo carne y frialdad”), el dominio del vacío, del disgusto (“Mi cuerpo es un trapo sucio”), de la desesperación. Un mundo en donde ya uno no puede más vivir. Porque la gracia divina ha sido retraída (“como si nunca se pudiese borrar de nuestra frente el Pecado Original”), el Centro ha sido perdido, se ha instalado el caos y el hombre yerra, sin dirección y sin esperanza:
La guerra empezó con mi corazón arrancado
que alguien lanzó contra un cristal.
Yo recogí mi esponja de latidos,
aún caliente,
y me arrodillé para teñir de sangre
Las ventanas y las puertas.
Los niños sin cabeza todavía lloraban
al ver a sus madres muertas
con los ojos vacíos y los pechos cortados.
Sus aullidos descabezados pedían madre y leche,
pero sus bocas eran zanjas de alambre y muerte.
La calle era un campo de floreciente mantillo rojo,
donde los pequeños jugaban a cambiar de alma.
Entre latido y latido,
mi esponja crecía y se llenaba de leche
como una ubre de perra para amamantar a sus cachorros.
Fui dando un beso lácteo a cada boca desconsolada,
manchándome las piernas de sangre corrompida,
mientras mi corazón pesaba y bombeaba lentamente.
Madre de los muertos soy,
¿cuántos pecados cometió mi alma
sin yo saberlo?
(La madre de los muertos)

Pero todo este contenido, toda esta desilusión metafísica y toda la estructura del discurso son bien y friamente controlados por la razón, conforme a la “ars poetica” moderna.
La prosa parece un meta-texto, un género de comentario implícito, que descodifica, discursivamente, con una brutalidad léxica programada, deseada, el significado profundo de la poesía.


Eugen DORCESCU
Timişoara, 5 iunie 2010

A TÚA TRISTURA

“É unha mágoa que alguén da miña idade
Aínda teña que chorar”-dixeches.

“Chorar é natural”- tan simple, tan sinxelo.

Chórase ó nacer, e te choran
Cando morres.

Sentín esa mágoa túa metida no meu peito,
Coma se unha pedra me amolara na gorxa,
Coma se a túa tristura tivese forma humana
E eu estivera xunguida ó seu corpo lene e doente.

A túa tristura ten ollos de muller esgotada
Polos vellos tictacs dos reloxos de agullas vingadoras.
Muller desfeita, feita alma,
Muller sen carne, enchida de brétema.

A túa tristura ten ollos de muller morta,
Esmagada polos vellos automóviles de luces amarelas,
Cega pola distancia asoballante
dunha data a que lle puxeron un DEP.

A túa tristura é un corpo de muller fóra dela,
Acadando cristais sanguentos dos cereixos.
Da neve, o bico sen sede dun amante toco
Que agarima as súas pernas de femia salvaxe e espida.

A túa tristura son os seos feitiños dunha muller nova,
Peitos que se abren cedo para ti como rosas da mañán.
Perfectas ondas nas que mergullarse nun mar de saíva.
Lembranzas que fan tremer o corpo de desexo.

A túa tristura é unha tolemia.
Tolo, tolo.
Tolo pola delicada beleza esnaquizada.

martes, 1 de junio de 2010

"LA PARADA DE LOS MONSTRUOS"

Recuerdo mi llegada como
un primer día de colegio macabro.
Me metieron en una habitación vigilada,
Pero antes,
Me desnudaron y palparon mis heridas
Delante de un guardia de seguridad
Que daba la espalda.

Me dejaron sola
Y yo me senté en el suelo en posición fetal.
Me lo prohibieron.
Pero yo me acunaba en la cama
Con las sábanas del sergas
Y volvía al útero de mi madre.

Por la mañana,
Un desfile de mujeres desnudas
En las duchas sucias y llenas de esponjas enjabonadas,
Me recordaban a las vacas en el matadero.

“Yo soy Dios y Lucifer”.
“Yo me follé a mi madre”.
“A mí me llaman para que salga por la ventana”
“¿Crees que soy atractiva?” –y apareció desnuda en mi habitación
cubierta de pelos en las piernas e ingles
y un vientre de matrona romana con el pecho caído.

Las enfermeras, ineficaces papagayos inquisitivos:
“Que corra el aire, Señores”.
Esquizofrénico recuperado, yo, su musa de la fotografía.
Partidas de ajedrez que eran nuestra forma de hacer el amor.
Sólo en la sala de fumadores, nos cogíamos la mano.
Pero se marchó,
Como se marcha el verano hecho un niño salvaje.
Apenas nos pudimos despedir.
Pero dejó una rosa en un vaso de agua en mi habitación
Y yo sentí cómo latía el corte de mi cuello,
Porque, aunque nos lo juramos,
No nos veríamos nunca más.
Yo, su musa de la fotografía.