sábado, 25 de agosto de 2012

DE VUELTA AL CUTRE-BAR

Los parroquianos ladran y golpean con fuerza
los naipes gastados contra el tapete.
Cualquier día quedarán oros, bastos, espadas y copas
grabados sobre ese trozo de fieltro verde menguante.
Estoy lejos, demasiado lejos de todo...

Ya no sé dónde tengo la cabeza.
Me siento consumida por un sopor hipnótico.
No puedo dormir.
No, no podría dormir ni aunque quisiera.
Algo que desconozco se rumia en mi mente.

Tomo un te.Un tristísimo te con limón, sin azúcar.
Mi estómago se retuerce tanto o más
que mis nublados pensamientos.
¿Qué será este extraño tejido
que se ha pegado a mis ojos?

Un tul sobre los párpados.
Una viscosa tela de araña tejida en la córnea.
Lo importante debe de ser que perciba la vida
como un viejo carrete fotográfico velado.
A alguien le interesa que yo no sienta.

Sin emociones, sin sentimientos: Nada.
Al igual que los pájaros disecados
con penetrantes y muertos ojos de cristal.
Sólo soy otro "Hombre de Hojalata" oxidado,
que por no tener, nunca ha tenido corazón.

Lucía de Fraga.


jueves, 23 de agosto de 2012

CEREBRO FUERA DE SERVICIO

Queridos amigos:
Espero que seáis condescendientes conmigo, porque en este momento tengo la cabeza a pájaros.
Estoy perfilando un poema... A ver cuándo me pongo de parto.
Besos a TODOS,
L. de Fraga.

viernes, 17 de agosto de 2012

SÓLO UNOS DÍAS DE VACACIONES

Hola a todos:
En vista de que se me acumula el trabajo por todas partes, voy a hacer un breve paréntesis en la actividad del blog. No quiero ofreceros malos poemas simplemente para "rellenar". A ver si puedo estar este fin de semana dedicada al "dolce far niente", pero de manera productiva.
Un abrazo a todos,
L. de Fraga.

lunes, 6 de agosto de 2012

ESQUINA LEXINGTON AVENUE

Voló su vestido sobre la rejilla del metro
en Manhattan  en la esquina de la calle 52
con Lexington Avenue.
Dicen que las señoritas deben mantener
a raya sus impertinentes vestidos vaporosos.

Ella no sintió ningún tipo de vergüenza,
sino la exuberante sensación del aire
entre las gasas indomables y sus piernas
que descubrían el secreto mejor guardado:
blanquísima insinuación de imaginar lo oculto.

Una mujer sola bebe whisky  de Malta
en un "drugstore" de veladas luces de neón.
Echa monedas en la máquina de discos
y se escucha una y otra vez "Begin the beguine".
Ella se mece y tararea despeinada con la copa en la mano.

No sintió pudor, porque el deseo
es una reacción inocente ligada a la Naturaleza.
Sueña, sueña en su danza de alcohol,
descalza y ajena a las miradas volcánicas que despierta.
Cariño, ¿un dólar por un beso?

¡No, no me digas que has muerto!
Tenías planes de futuro e ilusión en la vida.
Muerta en extrañas circunstancias de espías y mafia .
Tenías la sangre limpia y el corazón exultante.
El asesino está fuera, pero no lo encontrarán.

Nadie encuentra a quien no desea aparecer.
Siento  una trágica nostalgia y un dolor que me atraviesa
por lo que pudiste ser y no te dejaron,
por lo que realmente eras y querían ocultar.
Sólo querían a la rubia que rezumaba sexo en la pantalla.

Tal vez sea cierto;
sí, soy un cinéfilo, un vulgar soñador de celuloide.
Pero tú eres real como tus lágrimas silenciosas,
real como toda mujer, pero tú serás Luz Eterna.
Siempre hay fundido -y una fulminada- en negro.



Lucía de Fraga.



domingo, 29 de julio de 2012

TACONES DESTROZADOS

Me imagino que la noche acaba de empezar,
pero, ¿sabes?, creo que me faltan copas.
Voy hacia la parada de taxis aunque sea temprano.
Esa parada que me queda tan a desmano,
pero que, de ese modo, me ahorra un par de euros... [Qué risa...los pies destrozados por dos euros]

Sí, estoy comletamente convencida:
me faltan Copas, Oros y Triunfos.
Sigo a través de la Noche mi disección de la Ciudad:
gente que "parece viva",
Smokey Eyes, vulgar Palabra de Honor y segunda piel de Lycra.

Las parejas exhibicionistas se besan sin pudor
en un alarde de lenguas húmedas,
mientras decido quitarme las sandalias,
llevarlas en la mano y reconocer
que desconozco la erudición de tales bocas.

No sé a quién someto en este examen post-morten;
no, no creo que examine la exigua magia de la noche
donde las luces de neón alucinadas se mezclan con
el humo y las copas y la seducción barata
en extraña aleación de saliva, manos y deseo.

Confieso. Confieso que no "he vivido",
que soy la eterna chica que sostiene los bolsos,
esa velada presencia que parpadea.
Al final te lo has perdido todo
y sólo tienes unos tacones destrozados,

restos de maquillaje desvaídos,
la conversación del taxista arrepentido de votar al PP,
sopor y lágrimas, un reproche a La Vida, un golpe de pecho
 y  la gran pregunta que Nadie sabe responder..."¿Por qué?"


 Lucía de Fraga.

miércoles, 25 de julio de 2012

"TE QUIERO" (A quien corresponda)

"Te quiero", "te quiero", "te quiero":
qué frase tan gastada en tu boca.
"Te quiero", "te quiero", "te quiero":
palabras tan reiteradas que se vacían
en una grámatica absurda sin andamio.

"Te quiero"...
Alguien lo ha dicho y ha grabado con una llave
esa frase hueca en la puerta de los retretes.
Esas puertas llenas de mensajes anónimos
que convierten el amor en una escobilla.

"Te quiero"...
Lo has dicho tantas veces que ya no me sirve.
El Amor, de Letra Grande, se vuelve pequeño
en tu boca, mientras intento limpiar el abecedario,
porque quiere el que no lo dice, pero lo siente.

"Te quiero"...
La mentira más vulgar, más fácil y más idiota.
Yo sé que quiero, porque me duele la vida
 sólo de pensar en el silencio y la sombra que queda,
cuando tu Ego ya no merece un "absolvo"
 y "tu amor" necesita un orinal.




Lucía de Fraga.




domingo, 22 de julio de 2012

SÓLO DESAPARECER

No tengo fe ni en la vida ni en la muerte.
De hecho, se escurrió por completo en el lavabo
un día que me maquillaba para ser Otra.
Supongo que tenía el alma demasiado cerca
del espejo y, simplemente, se fue con la fuerza del grifo.

Volví tarde esa noche en la que era Otra
-una mujer arrebatadoramente hermosa y temible-
y, poco a poco, se me fue deshaciendo la cara
y empecé a vomitar fotografías de la infancia
hasta que me ahogué con un líquido viscoso.

No sé si me quedé dormida o estuve muerta,
pero  sólo desaparecer me trajo un recuerdo
de absoluta plenitud cuando volví a abrir los ojos.
Nada había cambiado. Todo seguía igual.
Lloré porque ya no era Otra.

Lucía de Fraga.